JORDI LLISTERRI –CRA este miércoles ha muerto en Bélgica Maria Lluïsa Oliveres, activista cristiana y viuda de Alfons Carlos Comín. Tenía 91 años y llevaba unas semanas en Lovaina acompañando a su hijo Antoni Comín.
Maria Lluïsa Oliveras siempre ha sido un nombre indisociable a un referente de las izquierdas vinculadas al cristianismo, Alfons Carlos Comín, fallecido prematuramente en 1980 justo antes de tomar posesión como diputado del PSUC. Pero la trayectoria y postulados de Comín se desplazó conjuntamente con Maria Lluïsa Oliveras. Su experiencia vital estuvo marcada por la espiritualidad de Charles de Foucauld, el pacifismo Lanza del Vasto y del movimiento internacional Pax Christi o el compromiso radical con los pobres del Abad Pierre y los Traperos de Emaús. Esto llevó a ambos a trasladarse durante los años sesenta a vivir en Málaga y dar respuesta a las situaciones de marginalidad más extremas de Andalucía. Principalmente, lo hicieron ofreciendo formación y recursos a las clases más marginales.
De este compromiso social y cristiano surgieron las ideas que se concretaron en el movimiento de Cristianos por el Socialismo, del que los dos formaron parte. Por su compromiso político tuvo que sufrir la prisión del marido en 1969 perseguido por el franquismo y, más tarde, el exilio de su hijo y exconsejero de Sanidad Toni Comín.
Persona infinitamente batalladora y persistente, después de la muerte de Alfons Comín continuó luchando por las mismas causas, vinculada a entidades como Justícia i Pau, Cristianismo y Justicia, ya diversas campañas sociales y antimilitaristas. Pero gran parte de su energía la destinó a levantar y mantener a la Fundación Alfons Comín. Desde esa institución garantizó la preservación del legado y la edición de la obra completa.
Asimismo, promovió las relaciones internacionales de la Fundación ya hacerla visible con la entrega del Premio Internacional Alfons Comín. Entre otros, desde 1984 se distinguió a Nelson Mandela, a José María de Llanos, a Leonardo Boff, a Ignacio Ellacuría, a Alexander Dubcek, a Pedro Casaldàliga, a José María Díez-Alegría, a Gregorio López Raimundo, a Ignacio Ramonet, a Arcadi Oliveres, o a Viqui Molins. También colectivos de diversas causas como los refugiados de Siria, los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo, los indígenas de Chiapas, el trabajo infantil, las mujeres afganas, los sin tierra de Brasil, el pueblo kurdo y el pueblo Palestino, los desaparecidos de Chile, los niños de la guerra de Sudán o víctimas de conflictos como los de Bosnia, Irak o Nicaragua.
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