Mi experiencia con las Hermanitas de Jesús

Hnita.

En la presentación del libro de los Escritos Esenciales de la Hermanita Magdeleine, en Málaga, Auxi Franco compartió su vivencia de este carisma, heredero de Carlos de Foucauld.

Cuando las Hermanitas de Jesús me propusieron ésta aventura de participar en la presentación del libro de los Escritos Esenciales de Hermanita Magdeleine, me invadió una gran alegría, me entusiasmó muchísimo la idea aunque, sabía que era una gran responsabilidad. Sin embargo no podía negarme, pues las conozco y han estado a mi lado casi toda mi vida, concretamente desde que tenía cinco años. 

He de deciros que, en alguna ocasión, pensé en escribir mi experiencia junto a ellas para que lo pudieran incluir en algún número de su Boletín de Noticias pero no lo hice así que, al final, el Señor lo ha hecho posible, sólo he tenido que esperar el momento oportuno y aquí me tenéis… 

Recuerdo el día en que mi madre con gran tristeza me dijo que nuestra vecina de al lado se mudaba a un barrio mejor y que la veríamos menos… lo que no sabía era que las lágrimas que derramaba eran de tristeza y de alegría a la vez, pues ¡¡nuestras nuevas vecinas eran las Hermanitas as de Jesús!! En aquel entonces, no sabíamos todo lo que íbamos a vivir y compartir, todo lo que nos iban a aportar y enriquecer como personas, pues nos han regalado mucho sólo con su cercanía y amistad. 

Tenía cinco años y poco a poco fui creciendo junto a ellas, al principio no entendía muy bien que una Congregación de monjas estuviera mezclada con la población, y mucho menos con los más necesitados y marginados pero, para mí, ha sido algo muy especial poder compartir con ellas mi día a día: Mi infancia, mi adolescencia, mi juventud, hasta el día de hoy, aunque ya no vivo cerca.

Recuerdo la puerta de su casa siempre abierta, todo el mundo pasaba, siempre era un buen momento para tomar un bizcocho casero, un poco de chocolate, todo el mundo coincidía en que, allí, cenar un calabacín cocido era un manjar, por el ambiente de tranquilidad y de paz que se respiraba , pasar a la capilla a rezar un Padrenuestro, compartir su oración, celebrar misa en su casa alrededor de la mesa del comedor, estudiar juntas, en mi casa no teníamos sitio para poder estudiar así que ellas me cedían un espacio donde poder hacerlo, aunque su casa era tan chica como la nuestra… 

Me he sentido acompañada en cada momento, cuando no sabía qué iba a hacer con mi futuro… ellas han estado a mi lado, compartiendo y ayudándome a saber tomar decisiones adecuadas. He podido siempre con plena confianza y libertad hablar con ellas de cualquier tema y esto es lo más grande, pues siempre las percibí muy humanas, no solo como religiosas! 

Gracias al libro “Escritos Esenciales de la Hermanita Magdeleine” he podido ponerle nombre a cada experiencia vivida con las Hermanitas, junto a ellas he descubierto el Evangelio de la Vida, los valores como: la sencillez, la amistad, la cercanía, el amor, el compartir alegrías y sufrimientos, el saber aceptar lo que nos toca vivir en cada momento y afrontarlo, la humildad, el disfrutar de lo que se hace, el superar momentos muy difíciles, lo que es la felicidad, el ayudar a otros, estar con los necesitados…el dar gratis lo que hemos recibido gratis… Quizás por eso trabajo en San Juan de Dios como enfermera en el área de salud mental…un trabajo muy vocacional, que me permite ayudar a quienes lo necesitan. 

Hace unos años, coincidiendo con un cumpleaños de Rosaura, les hice un regalo…era una cajita donde introduje unas flores de papel de colores y en cada una de ellas escribí una palabra relacionada con lo que me aportaba la comunidad de Hermanitas. Fue un regalo muy simbólico pero, de alguna manera y sólo desde mi experiencia del día a día con ellas, reflejaba la “filosofía” de la Comunidad, lo que la Hermanita Magdeleine les pedía, y que ellas lo han sabido transmitir y llevar a cabo. Y ahora leyendo el libro veo que acerté, que en el fondo les puse lo que ella dice….descubrí el carisma que tanto les apasiona.

Nunca podré olvidar lo que viví con mi marido en nuestro viaje de novios, decidimos viajar a Italia, hicimos un circuito por varias ciudades y una de ellas fue Roma, no sé si fue casualidad o la providencia pero coincidió que Rosaura estaba por Tre Fontane. Así que le hicimos una visita…para mí fue una experiencia muy emotiva, poder entrar en su casa general, un lugar precioso que sobrecoge por la sencillez y la armonía, conocer a la Hermanita Jeanne la primera hermanita, una mujer muy sencilla y visitar el lugar donde murió y donde ahora descansa la Hermanita Magdeleine fue todo un regalazo de bodas. 

Tengo que darles las GRACIAS por permitirme participar en ésta aventura de hoy y GRACIAS por permitirme impregnarme de lo que son, por hacerme partícipe de sus vivencias como el día que las acompañé a la estación de autobuses cuándo iban a fundar una nueva Comunidad a Ceuta, no se me olvidará ese día, vuestros rostros de alegría y la ilusión que derramaban y, sin saberlo, también, dentro de mí se había fundado una criatura maravillosa: ¡Mi hijo pequeño! ¡¡Ni ellas ni yo sabíamos que estaba embarazada!! 

Este libro ha sido como un broche a mi experiencia junto a ellas, me ha ayudado a entender su testimonio, a descubrir la hondura y la espesura de unas vidas todas ellas entregadas a Dios pero cercanas a todos nosotros como una vecina mas , como ”La levadura en la masa”. Con su forma de vivir el Evangelio hacen crecer en dignidad a quienes les rodean, sobretodo a los más desfavorecidos, y hacen más presente y creíble el Reino de Dios en nuestro mundo. Dios me ha hecho la gracia de poder vivirlo en primera persona. ¡GRACIAS!

Auxi Franco

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