Una tradición artística persistió durante 175 generaciones. Estas pinturas rupestres transmitieron la misma cosmología durante 4000 años y moldearon religiones mesoamericanas

Una tradición artística persistió durante 175 generaciones. Estas pinturas rupestres transmitieron la misma cosmología durante 4000 años y moldearon religiones mesoamericanas
© K.L. Steelman et al. 2025.

Un estudio publicado en Science Advances demuestra que el estilo Pecos River, en los cañones del sur de EE.UU. y el norte de México, se mantuvo sin interrupciones durante miles de años. Los murales monumentales, ejecutados como narrativas únicas y con reglas de color estrictas, funcionaron como vehículos rituales que preservaron un “núcleo duro” de creencias que sobrevivió hasta las culturas agrícolas mesoamericanas.

Por Martín Nicolás Parolari 

Un estilo que nació hace 5760 años y se mantuvo casi inalterado durante milenios

El estudio analizó 57 dataciones directas de pintura y 25 dataciones indirectas de costras minerales en 12 sitios. Con estos datos, los autores confirmaron que el estilo Pecos River comenzó entre 5760 y 5385 años calibrados antes del presente y persistió hasta al menos 1035 años a.P., cuando en la región ya había comenzado la introducción del arco y la flecha.

Lo extraordinario no es solo la antigüedad, sino la continuidad. A lo largo de cuatro milenios —un lapso más largo que el que separa la actualidad de las pirámides de Egipto—, estos murales mantuvieron una estética, reglas cromáticas y motivos simbólicos sorprendentemente estables. Eso implica no una moda, sino un sistema de creencias robusto transmitido con precisión ritual.

Las figuras humanas, a veces de ocho metros, aparecen con tocados, astas, orejas de conejo y adornos específicos. Los animales, objetos rituales y el recurrente fardo sagrado forman un lenguaje visual compartido que perduró incluso mientras el clima, la fauna y las tecnologías cambiaban radicalmente.

Cómo se fechó lo que antes parecía imposible de datar

Una tradición artística persistió durante 175 generaciones. Estas pinturas rupestres transmitieron la misma cosmología durante 4000 años y moldearon religiones mesoamericanas
© Carolyn E. Boyd / K.L. Steelman et al. 2025.

El equipo resolvió uno de los mayores obstáculos del arte rupestre: la datación directa. Las pinturas incluían pigmentos minerales mezclados con aglutinantes orgánicos —posiblemente grasa de médula ósea de venado y savia de yuca—, un detalle crucial. Usando oxidación por plasma, extrajeron el carbono sin dañar los pigmentos ni la roca. Luego aplicaron AMS (espectrometría de masas con acelerador) para obtener fechas precisas.

Las costras de oxalato de calcio, formadas naturalmente antes y después de la pintura, actuaron como marco temporal: proporcionaron edades mínima y máxima. Todo coincidió. Los murales no eran acumulaciones de siglos, sino composiciones planificadas ejecutadas en intervalos cortos, probablemente eventos rituales completos.

Lo que esta tradición revela sobre las creencias más antiguas de América

Una tradición artística persistió durante 175 generaciones. Estas pinturas rupestres transmitieron la misma cosmología durante 4000 años y moldearon religiones mesoamericanas
© Carolyn E. Boyd / K.L. Steelman et al. 2025.

Los investigadores proponen que las Tierras Bajas de los Cañones del Pecos eran un paisaje sagrado, un punto de convergencia ecológica y simbólica donde el arte tenía función ritual. Desde una perspectiva indígena contemporánea, las pinturas “son entidades vivas que transmiten conocimiento”, no meros dibujos.

Esta constancia estilística y temática conecta con una idea desarrollada por antropólogos como López Austin: la existencia de un “núcleo duro” cosmológico mesoamericano, un conjunto de conceptos compartidos por culturas posteriores como los aztecas o los huicholes. Las pinturas del Pecos River encajan en ese marco. No son solo arte: son la manifestación más antigua de un sistema de creencias panamericano.

Un legado que redefine cómo entendemos la espiritualidad antigua del continente

La datación exhaustiva y la lectura iconográfica reconstruyen una historia inesperada: durante más de cuatro milenios, grupos de cazadores-recolectores mantuvieron un mensaje ritual, una narrativa cosmológica y un estilo artístico con una fidelidad casi absoluta. Ese mensaje sobrevivió a periodos secos y húmedos, migraciones, cambios tecnológicos y transformaciones ecológicas.

Hoy, estos murales no son solo los más antiguos y mejor fechados del continente. Son la prueba de que América tuvo tradiciones espirituales profundas y persistentes mucho antes de que surgieran las grandes ciudades mesoamericanas. Una voz antigua que cruzó milenios para seguir hablándonos desde las paredes de piedra.

Fuente: La Brújula Verde.

Las religiones más antiguas e importantes del mundo

Las religiones más antiguas e importantes del mundo

El planeta alberga cerca de 4,200 religiones activas; desde el hinduismo y el judaísmo hasta el cristianismo y el islam, las grandes tradiciones espirituales narran la historia de la humanidad; en 2025, más del 84% de la población mundial mantiene alguna forma de fe

Por VIC GERARDO BALDERAS

Escrito en MUNDO 

Aunque resulta complejo determinar una cifra exacta de cuantas religiones existen en el mundo, por las diferencias entre religiones, denominaciones y movimientos espirituales; la cifra más aceptada entre investigadores señala que existen unas 4,200 religiones vivas en el planeta.

A ellas se suman miles de tradiciones desaparecidas, cuyos rastros permanecen en textos, ritos o costumbres locales. Cada una refleja una forma particular de comprender el origen, la moral y el sentido de la existencia.https://geo.dailymotion.com/player/x8bic.html?playlist=x7g1kr#amp=1

El interés por el fenómeno religioso no ha disminuido. En 2025, más del 84% de la población mundial se identifica con alguna religión o cosmovisión espiritual, según estimaciones de centros de estudio como Pew Research Center y World Religion Database.

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  • Los orígenes: fes que nacieron con la historia

Las religiones más antiguas surgieron en Asia y Oriente Medio, regiones que aún conservan las raíces de esos credos.https://36c5a76af9e25c26cc1bcd7b8d4912ad.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html?n=0

  • Hinduismo: Se reconoce como la religión viva más antigua. Sus raíces alcanzan los 4,000 años, vinculadas con la Civilización del Valle del Indo. Sus textos fundacionales, los Vedas, se compusieron entre 1500 y 500 a.C.
  • Animismo: Considerado el sistema de creencias más primitivo, sostiene que todos los elementos de la naturaleza poseen una esencia espiritual. Sigue presente en comunidades indígenas de África, Asia y América.
  • Zoroastrismo: Nació en la antigua Persia, alrededor del siglo X a.C. Su influencia aparece en conceptos teológicos del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.
  • Judaísmo: Con más de 3,000 años de historia, es la religión abrahámica más antigua y la base de las otras dos grandes tradiciones monoteístas.
  • Religión Egipcia Antigua: Sus registros, de hace más de 5,000 años, revelan una organización religiosa compleja y una visión del más allá que marcó a las civilizaciones posteriores.
Animismo: Istockphoto | Ilustrativa 

Los gigantes en 2025

Entre miles de credos, cinco tradiciones dominan la escena global y agrupan a la mayoría de los creyentes:

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  1. Cristianismo: Entre 2.38 y 2.5 mil millones de seguidores (alrededor del 31% mundial). Es la religión más extendida y con presencia en todos los continentes.
  2. Islam: Reúne 1.9 a 2.02 mil millones de fieles (25%). Es la fe de crecimiento más rápido y podría igualar al cristianismo hacia 2050.
  3. No afiliados: Ateos, agnósticos y quienes se declaran sin religión suman 1.2 a 1.9 mil millones (24%). Constituyen el tercer grupo más numeroso.
  4. Hinduismo: Alcanza 1.1 a 1.2 mil millones (15%), concentrados principalmente en Asia del Sur.
  5. Budismo: Reúne 324 a 535 millones de practicantes (4% a 7%), con fuerte presencia en Asia oriental y el Sudeste Asiático.

Aunque los no afiliados crecen en países industrializados, las religiones tradicionales mantienen amplia mayoría global.

Los países más religiosos del planeta

El nivel de religiosidad varía ampliamente según la región. En general, África y Asia muestran los índices más altos, mientras que Europa y Asia Oriental presentan los más bajos.

Por afiliación o sentimiento religioso (2024):

  1. Somalia – 99.8%
  2. Níger – 99.7%
  3. Bangladesh – 99.5%
  4. Etiopía – 99.3%
  5. Yemen – 99.1%

Por centralidad de la religión en la vida cotidiana (2025):

  • Indonesia – 94%
  •  Tanzania – 91%
  • Egipto – 90%
  • Nigeria – 89%
  • India – 86%

Estos datos reflejan la importancia de la fe en las sociedades del Sur Global, donde las comunidades religiosas también cumplen funciones sociales, educativas y solidarias.

La geografía de la Fe

Las principales religiones no se distribuyen de forma uniforme. Cada una ocupa espacios culturales y geográficos definidos.

Cristianismo

Es la religión más dispersa del planeta. Predomina en Europa, América y África subsahariana. Estados Unidos (hasta 253 millones de creyentes), Brasil (185 millones) y México (118 millones) concentran las mayores poblaciones cristianas. Se proyecta que para 2050, el 40% de los cristianos vivirá en África subsahariana.

Cristianismo: Istockphoto | Ilustrativa 

Islam

Predomina en Oriente Medio, África del Norte y Asia, con 62% de sus fieles en la región Asia-Pacífico. Los países con mayor número de musulmanes son Indonesia (229 millones), Pakistán (215 millones) e India (209 millones).

Islam: Istockphoto | Ilustrativa 

Hinduismo:

Concentrado en el subcontinente indio, India, Nepal y Mauricio son sus tres países dominantes. India agrupa más de 1.1 mil millones de creyentes, lo que representa cerca del 95% de todos los hindúes del mundo.

Hinduismo: Istockphoto | Ilustrativa 

Budismo:

Se extiende principalmente por Asia Oriental y el Sudeste Asiático. China alberga casi la mitad de todos los budistas (244 millones), seguida por Tailandia (64 millones) y Japón (46 millones). Camboya, Tailandia y Myanmar son los países con mayor proporción budista.

Budismo: Istockphoto | Ilustrativa 

Donde la fe y la población se desconectan

Algunos países muestran una gran disparidad entre el tamaño de sus poblaciones religiosas y el porcentaje que representan en su territorio.

  • China: Alberga cerca de 254 millones de budistas, la mitad del total mundial, pero el budismo representa solo el 18% de su población. El 51% de los chinos se declara no afiliado.
  • India: Reúne 213 millones de musulmanes, la tercera población islámica más grande del mundo, aunque representan solo el 14% del país.
  • Estados Unidos: Tiene la población cristiana más numerosa del planeta, pero su proporción interna cayó del 78% en 2010 al 64% en 2020. También concentra la segunda población judía global, con 6 millones de personas.
  • Países del Golfo: Qatar y Emiratos Árabes Unidos muestran minorías crecientes por migración. En ambos casos, hindúes y cristianos superan el 14% de la población, pese al dominio musulmán regional.

Las tendencias que transforman la religión

Los movimientos demográficos y sociales están modificando el mapa espiritual mundial.

La secularización avanza en Occidente y Asia Oriental, impulsada por generaciones jóvenes que se distancian de las instituciones religiosas. En contraste, la fe crece en el Sur Global, donde el Islam y el Cristianismo aumentan junto al crecimiento poblacional.

La migración laboral también cambia los equilibrios: comunidades hindúes cristianas crecen en países del Golfo, mientras las iglesias africanas ganan influencia social y política.

En este escenario, el mundo combina más diversidad espiritual que nunca, y la religión —antigua o nueva— sigue moviendo la vida del 84% de la humanidad.

Brahmanismo: Istockphoto | Ilustrativa 

Fuente: https://lasillarota.com/mundo/2025/11/8/las-religiones-mas-antiguas-importantes-del-mundo-566521.html

«El africano es religioso por esencia; Europa ha perdido esa noción por creerse dueña de la vida»

Entrevista a Paco Ostos, misionero en el Congo durante 52 años

El granadino Paco Ostos lleva más de medio siglo en la frontera más viva de la Iglesia: África. Allí ha visto levantarse a un pueblo que sufre, pero cree. Una promesa juvenil fue suficiente para cambiar su historia… y la de miles de personas

María Rabell García
María Rabell GarcíaCorresponsal en Roma y El Vaticano

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Tenía 15 años cuando Paco Ostos (1949), natural de Granada, escuchó por la radio una noticia que le cambió la vida: seis misioneros y cuatro religiosas habían sido asesinados en el Congo por los rebeldes simbas. Él, postrado en la cama por una lesión deportiva, no conocía aún su futuro. «Señor, si tú lo deseas, un día yo reemplazaré a uno de esos misioneros», murmuró entonces sin imaginar que esa promesa marcaría su vocación de vida.

Años después, tras una sólida formación entre Sevilla, Madrid, Estrasburgo y Suiza, entró en los Misioneros de África (Padres Blancos) una congregación que trabaja pequeñas comunidades de tres miembros para anunciar el Evangelio. Ordenado sacerdote en 1977, llegó finalmente al Congo. Allí lo esperaba una misión que llevaba más de una década cerrada: la misma de Aba, donde aquellos mártires habían derramado su sangre. En ese momento se acordó de lo que le dijo al Señor aquel 27 de noviembre.

Desde entonces han pasado más de cincuenta años. Medio siglo en el corazón de África: evangelizando, construyendo escuelas, hospitales y orfanatos y levantando una universidad donde ya se forman ingenieros, médicos veterinarios, economistas y maestros. Paco Ostos ha visto crecer a la Iglesia donde más florece hoy: en un Continente que sufre y espera, pero cree. Y donde él sin pretenderlo cumplió la palabra que de adolescente hizo a Dios.

–Lleva más de medio siglo entregado a la misión en África. ¿Dónde y cuándo empezó ese camino?

–Mi vocación comenzó cuando tenía 15 años. Estaba estudiando el bachillerato y haciendo deporte. Tuve una caída que me obligó a estar en cama durante un mes por una fisura de peroné, que entonces no se podía tratar de otra forma. Un 27 de noviembre escuché en Radio Nacional una noticia: habían matado a seis Padres Blancos en la misión de Aba, al noreste del Congo Belga, cerca de la frontera con Sudán.

Yo tenía 15 años y dije: «Señor, si tú quieres, un día yo reemplazaré a uno de estos mártires». Luego lo olvidé. Yo cumplía religiosamente, pero no mucho más. Cuando terminé el bachiller, el párroco me fue orientando porque yo quería hacer algo grande en la vida para ayudar a los demás. Y me fui acercando a los Padres Blancos, a quienes ni siquiera conocía. Poco a poco fui progresando y diez años después me ordenaron sacerdote.

Me preguntaron a qué país africano quería ir y había que indicar tres destinos por orden de preferencia. Yo puse en primer lugar el Congo (entonces llamado Zaire). Y cuando llegué, el provincial me comunicó que habían decidido reabrir una misión cerrada desde 1964, cuando asesinaron a los seis misioneros que trabajaban allí. Así que me nombraron para Aba. Fíjese: reemplazaba a uno de aquellos mártires a los que yo había dicho de niño: «Si tú quieres…». Llegué en 1973 y, desde entonces, aquí estoy. Solo estuve fuera de 2014 a 2018.

Con los niños huerfanos  de la diocesis
Con los niños del Orfanato Virgen de la Capilla, en la parroquia de San Idelfonso, financiaron el proyecto)

Durante once años, de 2003 a 2014, fui nombrado por el obispo como ecónomo general de la diócesis de Mahagi-Nioka. Cuando nombró a un sacerdote diocesano para sustituirme, pensé que lo mejor era alejarme para dejarle trabajar libremente. Los Misioneros de África me propusieron ir como administrador de la obra de los Padres Blancos en México. Allí estuve hasta 2018.

Ese año me pidieron volver al Congo, pero ya no para la diócesis, sino para el grupo de los Padres Blancos de la provincia. Estuve tres años y, al terminar el mandato, me nombraron provincial de Ituri, y en eso estoy ahora, ya terminando mi último año, porque son dos mandatos de tres años.

África lidera las estadísticas

–Evangelizar en un territorio tan amplio y distinto de Europa debe ser todo un reto…

–La formación ya nos prepara para esto. Estudié un año de sociología en el Instituto Social León XIII, en Madrid; luego el noviciado en Friburgo, en Suiza; y la teología en la Universidad Estrasburgo. Nos formaban para trabajar con otras religiones, otros pueblos y mentalidades. Vivíamos en un ambiente internacional, lo cual ayuda a adaptarte.

Lo que más me gustó de los Padres Blancos es que siempre trabajamos en comunidad, no individualmente, y en comunidades internacionales, interculturales e interraciales. Esto me ayudó a no querer transportar mi cultura religiosa andaluza a otros pueblos, sino quedarme con lo esencial de la fe: el Evangelio de Jesucristo, teniéndolo que vivir en una estructura cultural diferente, sin llevarle lo mío propio que es valido para mi pero no necesariamente para los demás. Eso me ayudó siempre.

–De hecho, el Evangelio ha arraigado profundamente: según las estadísticas más recientes, África es el Continente donde más crecen el número de bautizados, vocaciones, práctica religiosa…

–El africano es esencialmente religioso. En Europa hemos perdido esa noción, quizá por el orgullo de creer que controlamos la vida. Aquí saben que el único que puede sacarles del sufrimiento es Dios.

También han visto que los misioneros no hemos venido a imponer nada, sino a servir y a acompañar, respetándolos. Mientras los líderes políticos muchas veces no respetan a su propio pueblo, la Iglesia se ha convertido para muchos en un oasis de paz donde saben que son escuchados y valorados.

Paco Ostos con jóvenes de la Universidad Lago Alberto (UNILAC)
Paco Ostos con jóvenes de la Universidad Lago Alberto (UNILAC)

Han descubierto que Cristo les ha traído algo más que su propia religión, que con frecuencia les infundía miedo ante castigos y espíritus. Lo han acogido libremente, sin imposiciones, y por eso la fe ha crecido auténticamente. De ahí que los seminarios estén llenos.

En Europa, en cambio, predomina el individualismo. Aquí siendo un pueblo necesitado se ayudan unos a otros, como antiguamente en España, donde las familias numerosas se sostenían mutuamente. Hoy en Europa cada uno va más a lo suyo. En África saben que solo se puede salir adelante juntos y confiando en Dios.

Una fe que libera del miedo

–Impresiona esa confianza, sobre todo en un pueblo que sigue viviendo la persecución y violencia por su fe…

–Los cristianos africanos han recibido un bautismo que es más que un barniz superficial. Es una fe profunda, una confianza en Dios que les libera de los miedos. Tenemos varios ejemplos en el Congo: la beata Marie-Clémentine Anuarite Nengapeta, el laico carmelita beato Isidoro Bakanja o santa Josephine Bakhita y otros hoy día que son auténticos testigos de Jesús. Cuando se tiene esa fe, al que profesa otras creencias no se le tiene miedo.

Yo llegué pensando que venía a evangelizar África y ahora son ellos los que están evangelizando Europa. Esperemos que con su testimonio, Europa recupere la conciencia de que la vida no es solo tener y dominar, sino que es ante todo compartir, fraternizar, respetar y ser solidarios, y no ir cada cual a lo suyo pisoteando a quienes se interponen en sus ambiciones egoístas.

Europa tiene que cambiar de óptica: será menos envidiosa e inhumana cuando aprenda a convivir compartiendo y recuperando la alegría de ser personas. Entonces no nos quejaríamos tanto de lo mucho que tenemos, sino que viviríamos con un espíritu agradecido.

–Háblenos de los numerosos proyectos que han ido surgiendo allí: el orfanato, la universidad… y, entre tanto, colegios, ambulatorios y tantas otras obras repartidas por toda la diócesis.

–Aquí trabajamos con comunidades de base. Los proyectos no vienen de nosotros, sino de ellos: un puente para que los niños puedan ir a la escuela, una captación de agua limpia, ampliar una escuela, un centro de maternidad, un dispensario… Ellos reflexionan sobre como vivir con mas dignidad como consecuencia de su bautismo. Nosotros les acompañamos. Pedimos ayudas a organismos como Manos Unidas, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Cáritas, Obras Misionales Pontificias… Siempre con una contribución local mínima del 25%. Ellos se implican.

Por contactos y también gracias a la generosidad del pueblo español, y también el Fondo Nueva Evangelización de la Conferencia Episcopal Española, todos los proyectos se han realizado: escuelas, internados, hospitales, centros de salud, orfanatos… Además tenemos la Universidad del Lago Alberto. Gracias al contacto con la Universidad Politécnica de Madrid y otros organismos, ya han salido promociones de Ingeniería Agrónoma, Ingeniería Civil, Medicina Veterinaria, Economía, Derecho y Ciencias de la Educación. Los proyectos funcionan porque ellos mismos los gestionan, con comisiones locales. Unos salen mejor, otros peor, pero la mayoría funciona muy bien.

–¿Planes de volver a España?

–Por el momento solo tengo 76 años y buena salud. Lo que hago en el Congo no es un castigo sino todo lo contrario. Ser un misionero al servicio de Dios y de la Iglesia es un honor que no merezco, pero mientras Dios me aguante y otros hermanos me soporten aquí estamos.

Fuente: https://www.eldebate.com/religion/iglesia/20251108/africano-religioso-esencia-europa-perdido-nocion-creerse-duena-vida_352019.html

El poder de lo divino y la música: de dónde viene la predisposición por la fusión entre religión y hits

Rosalia presentando la portada de su nuevo disco ‘Lux’, en la plaza de Callao, Madrid / Europa Press News

Artistas como Rosalía llevan lo sacro muy presente en sus trabajos, pero ¿cómo ha llegado esta mezcla hasta nuestros días?

Andrea Sanzmipropioinsta

Se sabe que los primeros instrumentos de los que se tiene constancia aparecieron hace unos 40.000 años. Los estudiosos de la historia y de la música hablan de cómo esta surgió de necesidades comunicativas, mucho antes de que existiera la religión organizada. Sin embargo, con el paso de los años, la música y la religión fueron uniéndose, casi como hermanas, hasta llegar juntas a nuestros días.

Rosalía es una genia de nuestros tiempos, una precursora valiente que desde el inicio de su carrera se atrevió a decir abiertamente que Dios tenía una gran influencia en ella y, sobre todo, en su arte, por eso es el mejor ejemplo de lo que se trata hoy. Es cierto que no ha sido hasta este último anuncio, su próximo álbum Luxcuando hemos visto la gran importancia que la espiritualidad tiene para la artista. En la proyección que realizó el pasado lunes 20 de octubre en Callao, Madrid, pudimos ver la portada de su próximo trabajo, donde aparecía como una especie de novicia, mostrando claramente cuál será la línea central de esta nueva era: Dios y todo su imaginario. Pero si algo también es cierto, y así lo demuestra la propia Rosalía, es que esto viene de mucho antes, de nuestros ancestros y de aquellos que introdujeron por primera vez las imágenes religiosas en la cultura popular.

Fusión de la religión y la música popular

Antes de que Rosalía, Madonna o Kanye West usaran crucifijos, cánticos o simbología espiritual en sus trabajos, la relación entre religión y música ya se daba en los templos y los campos del sur de Estados Unidos. Esta fusión nació a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando los cánticos religiosos afroamericanos, los llamados spirituals y el gospel, comenzaron a salir de las iglesias para impregnarlo todo, incluso los sonidos profanos. Aquellos cantos de fe, sufrimiento y esperanza se convirtieron en la base rítmica y emocional del blues, el soul y, posteriormente, del rock and roll. Encontrar fe y esperanza en un ser superior como Dios ha dado origen a algunos de los mejores estilos y creaciones musicales de la historia.

La llamada “madre del rock and roll”Sister Rosetta Tharpe, fue la primera en ponerle tintes eléctricos a la palabra divina. En los años 30 y 40 tocaba la guitarra con una energía inédita mientras cantaba alabanzas a Dios. Su estilo rompió las fronteras con lo sagrado, inspirando a figuras como Elvis Presley, Johnny Cash o Little Richard: auténtica historia viva de la música. La fuerza espiritual del gospel se transformó en una nueva forma de expresión popular: el rock nacía con raíces profundamente religiosas, aunque con el curso normal de la historia acabaría convirtiéndose en sinónimo de rebeldía y reivindicación.Otro fenómeno cultural que dio forma a lo que hoy conocemos fue el pentecostalismo. En las iglesias del sur de Estados Unidos, los cultos pentecostales eran auténticos espectáculos de música en vivo, éxtasis y emoción. Aquellos ritos, basados en la improvisación, el trance y la intensidad rítmica, moldearon la manera en que artistas como Aretha Franklin se movían sobre el escenario y componían sus letras con pasión y entrega. Al final, la pasión de Cristo se convirtió en pasión por la música.

El soul como guía

En las décadas de los 50 y 60, el gospel fue colándose poco a poco en el pop y el soulElvis Presley grabó varios discos de música religiosa y siempre reconoció que este estilo fue la fuente de su inspiración y la raíz de su estilo. Aretha Franklin, por su parte, pasó de cantar en la iglesia de su padre, un famoso predicador de Detroit, a convertirse en la “Reina del Soul”. Su voz mantenía intacta la intensidad espiritual de sus orígenes; incluso cuando cantaba sobre el amor o el desamor, su interpretación seguía acompañada por la presencia de Dios.

Con el tiempo, la espiritualidad fue evolucionando, y con ella llegaron nuevos artistas con visiones distintas sobre lo que la religión podía aportar a su imaginario. George Harrison, tras su etapa en The Beatles, comenzó a mezclar referencias cristianas, hindúes y orientales en canciones como My Sweet Lord (1970). Desde ese momento, la espiritualidad, en cualquiera de sus formas, empezó a cobrar una importancia cada vez mayor como recurso simbólico y estético para los artistas que buscaban explorar lo trascendente desde la cultura pop.

¿Qué explicación puede haber para este hecho?

El ser humano no es tan misterioso como solemos pensar. La religión lleva existiendo siglos, al igual que la música. Podrían considerarse hermanas, pues una se inspira en la otra constantemente. Las personas artísticas buscan expresar lo que llevan dentro a través de casi cualquier medio: hay quienes pintan lienzos, otros escriben, algunos hacen películas… y otros cantan. Pero el arte casi nunca está alejado de lo espiritual. Todos buscamos sentido a las cosas, y todo lo que hacemos suele tener un origen simbólico o emocional. Por eso, tantas veces la religión aparece en el arte y la música.

Las dudas existenciales nos llevan a explorar la fe y las creencias, y ese es, probablemente, el mayor motivo de esta fusión entre creer y crear. Las religiones están llenas de simbolismo y tradiciones profundamente arraigadas, lo que facilita encontrar inspiración en algo con tanta historia y carga emocional. También son fuente de críticas, y eso da lugar al mismo arte, pero desde perspectivas diferentes. Al final, como humanos, nos repetimos: siempre necesitamos creer en algo, ya sea una religión, las energías o las personas que admiramos, pero siempre buscaremos fuentes de inspiración y, también, de reflexión y crítica.

Fuente: https://los40.com/2025/10/21/el-poder-de-lo-divino-y-la-musica-de-donde-viene-la-predisposicion-por-la-fusion-entre-religion-y-hits/

La Ruta de la Seda

La Ruta de la Seda

Un Puente Cultural entre Oriente y Occidente que dio y va a dar mucho que hablar. Un Legado que Perdura. Un Nuevo Proyecto

Es un ejemplo de cómo el comercio y el intercambio cultural pueden unir a las naciones y promover la comprensión mutua. Su legado perdura hasta nuestros días, y su relevancia contemporánea es un recordatorio de la importancia de la cooperación y el diálogo entre culturas.

Por Ada Noemí Zagaglia 

Un Puente Cultural entre Oriente y Occidente. Un Nuevo Proyecto
La Ruta de la Seda, una red de rutas comerciales que conectaba Asia con Europa y África, es un ejemplo paradigmático de cómo el comercio y el intercambio cultural pueden unir a las naciones y promover la comprensión mutua. Como afirmó el historiador Miguel Candelas, «la Ruta de la Seda fue un puente que conectó civilizaciones, permitió el intercambio cultural y sentó las bases del mundo moderno».

*Un Legado que Perdura*
La Ruta de la Seda no solo fue un camino para el comercio de bienes materiales, sino también un canal para la transmisión de ideas, religiones y tecnologías. Como dijo el escritor italiano Marco Polo, «la Ruta de la Seda es un camino que une Oriente y Occidente, uniendo pueblos y culturas» .

*El Intercambio Cultural*
La Ruta de la Seda fue un crisol cultural donde se fusionaron estilos artísticos, técnicas y simbolismos entre Oriente y Occidente. El arte budista, por ejemplo, incorporó elementos del arte grecorromano y persa, creando obras híbridas que reflejaban la diversidad cultural de la ruta.

*La Difusión de Religiones*
La Ruta de la Seda también jugó un papel crucial en la difusión de religiones y creencias. El budismo, el cristianismo y el islam se expandieron por toda Asia a través de la ruta, creando un mosaico cultural y religioso que aún perdura hoy en día.

*La Relevancia Contemporánea*
En la actualidad, la Ruta de la Seda sigue siendo relevante en la gastronomía, el turismo cultural y el comercio moderno. China ha lanzado una serie de proyectos de infraestructura para crear una nueva red comercial global que conectará a China con Europa y África .

*La Nueva Ruta de la Seda*
El proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, iniciado por China en 2013, busca resucitar la antigua ruta comercial y promover el intercambio cultural y económico entre Oriente y Occidente. Como afirmó el presidente chino Xi Jinping, «la Nueva Ruta de la Seda es un proyecto que beneficiará a todos los países involucrados, promoviendo la cooperación y el desarrollo mutuo» .

En conclusión, la Ruta de la Seda es un ejemplo de cómo el comercio y el intercambio cultural pueden unir a las naciones y promover la comprensión mutua. Su legado perdura hasta nuestros días, y su relevancia contemporánea es un recordatorio de la importancia de la cooperación y el diálogo entre culturas

Fuente: https://www.testimoniosba.com/2025/10/20/la-ruta-de-la-seda/

‘Juntos contra la división, el odio y la violencia’

León XIV envió un mensaje a la Conferencia interreligiosa sobre la «cultura de la armonía» que organizó en Daca la Conferencia Episcopal. «Donde otros han sembrado desconfianza, nosotros elegimos la confianza. Eliminemos juntos las malas hierbas del prejuicio. Que el Altísimo bendiga su país con una paz cada vez más profunda».

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – «Las diferencias de credo o de origen no tienen por qué dividirnos necesariamente. Al contrario, al encontrarnos en amistad y diálogo, nos unimos contra las fuerzas de la división, el odio y la violencia, que con demasiada frecuencia han asolado a la humanidad. Donde otros han sembrado desconfianza, nosotros elegimos la confianza; donde otros podrían alimentar el miedo, nosotros buscamos la comprensión; donde otros ven las diferencias como barreras, nosotros las reconocemos como caminos de enriquecimiento mutuo».

Estas fueron las palabras que dirigió el papa León XIV a los participantes en el encuentro interreligioso organizado en Daca por la Conferencia Episcopal de Bangladés sobre el tema «Promover una cultura de armonía entre hermanos y hermanas», al que asisten el prefecto del dicasterio para el Diálogo Interreligioso, el cardenal George Koovakad, y el secretario monseñor Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage. A todos ellos – retomando las palabras de su primer discurso – el pontífice les dirigió el deseo de una paz «que solo puede venir de Dios, una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante y que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de los que sufren».

«Como única familia, compartimos la oportunidad y la responsabilidad de seguir cultivando una cultura de armonía y de paz», dice León XIV. Y añade: «Sabemos por los momentos dolorosos de la historia que cuando se descuida la cultura de la armonía, las malas hierbas pueden ahogar la paz. La sospecha echa raíces; los estereotipos se endurecen; los extremistas explotan los miedos para sembrar la división. Juntos, como compañeros en el diálogo interreligioso, somos como jardineros que cuidan este campo de la fraternidad, y ayudan a mantener fértil el diálogo y a eliminar las malas hierbas del prejuicio».

El Papa explica en su mensaje que «una medida auténtica de la amistad interreligiosa es nuestra disposición a estar juntos al servicio de los más vulnerables de la sociedad. Bangladés – recuerda – ya ha sido testigo de ejemplos alentadores de esta unidad en los últimos años, cuando personas de diferentes religiones se han unido en solidaridad y oración en tiempos de desastres naturales o tragedias. Estos gestos construyen puentes – entre religiones, entre teoría y práctica, entre comunidades – para que todos los bangladesíes, y de hecho toda la humanidad, puedan pasar de la sospecha a la confianza, del aislamiento a la colaboración». Este tipo de experiencias hace crecer «la resiliencia de las comunidades frente a las voces de la división». Porque «cuando nuestro diálogo se vive en la práctica, resuena un mensaje muy poderoso: que es la paz, no el conflicto, el sueño que más valoramos y que construir esta paz es un compromiso que afrontamos juntos».

«Deseo reiterar el compromiso de la Iglesia católica de recorrer este camino junto a ustedes», concluye León XIV. «A veces los malentendidos o las heridas del pasado pueden ralentizar nuestros pasos. Sin embargo, animémonos unos a otros a perseverar. Que el Altísimo bendiga a cada uno de ustedes, a sus familias y a sus comunidades. Que bendiga su país con una armonía y una paz cada vez más profundas. Y que bendiga nuestro mundo, que tan urgentemente necesita la luz de la fraternidad».

Malala: “Creo en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre religiones”

Malala

La Premio Nobel de la Paz asegura en una entrevista a L’Osservatore Romano que, como han dicho Francisco y León XIV, el diálogo interreligioso puede impulsar iniciativas educativas

Por Vida Nueva

 

“Creo firmemente en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre culturas y religiones”. Así lo afirma la Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai, en una entrevista con L’Osservatore Romano.



Alessandro Gisotti conversa ampliamente con la joven paquistaní que a los 14 años fue víctima de un brutal ataque talibán por defender el derecho de las mujeres a la educación en su país. Y es que solo tres años antes abrió un blog en el que reivindicaba el derecho de las niñas a ser escolarizadas en su región, el valle de Swat.

A los 28 años, 11 después de convertirse en la persona más joven en obtener el distinguido galardón, sigue en la lucha a través de su fundación, Fondo Malala, donde mano a mano con su padre, el profesor Ziauddin Yousafzai, apoyan a niñas en Afganistán, Brasil, Etiopía, Nigeria, Pakistán y Tanzania.

Como ya han dicho León XIV y Francisco, Malala también señala que el diálogo interreligioso puede impulsar iniciativas educativas. “Cuando empecé la universidad, conocí a muchos amigos nuevos de todo el mundo que me introdujeron a diferentes religiones, valores e intereses. Esto cuestionó algunas de mis creencias y amplió mi visión del mundo para mejor”, señala.

“Cuando personas de diferentes religiones se reúnen, puede ser una oportunidad para comprenderse mejor y recordar los muchos valores que todos compartimos”, agrega.

Para Malala, “la educación alimenta la esperanza de un futuro más pacífico y equitativo. Es en la escuela donde los niños aprenden a pensar críticamente y a resolver problemas. Es allí donde hacen amigos, desarrollan la compasión y aprenden a trabajar con los demás. Estas habilidades son esenciales para abordar injusticias, como la misoginia y la discriminación, y recordar a las personas nuestra humanidad común”.

122 millones de niñas sin escolarizar

“Cuando comencé a defender la educación de las niñas, estaba llena de esperanza. Creía que los líderes gubernamentales e institucionales que expresaran su apoyo utilizarían su poder para tomar medidas rápidas y decisivas para transformar el mundo de las jóvenes. Hoy debo admitir una verdad aún más frustrante: el cambio lleva tiempo”, afirma.

Y continúa: “A pesar de mis años de activismo, más de 122 millones de niñas siguen sin escolarizar. La experiencia me ha enseñado que el progreso requiere más que promesas: exige soluciones creativas, recursos constantes y paciencia. Pero estos desafíos no han disminuido mi sentido de urgencia por crear un futuro mejor para las niñas. Esta es mi misión en la vida y siempre lo será”.

En la entrevista, la joven paquistaní recuerda que, “cada día, hay muchísimas niñas que estudian a la luz de las velas, caminan kilómetros para ir a la escuela o estudian a pesar de quienes les dicen que se queden en casa. Su valentía y determinación para aprender me inspiran”.

Y prosigue: “En el islam, los actos de servicio y la búsqueda del conocimiento son principios fundamentales de la fe. Sé que también se valoran en la tradición católica. Si hay niñas dispuestas a arriesgarlo todo por la oportunidad de aprender, creo que todos podemos encontrar la fuerza para defenderlas. El cambio no ocurrirá solo. Debemos escuchar a las niñas y exigir a nuestros líderes que inviertan en educación y soluciones duraderas”.

De Gaza a Afganistán

Malala comparte que las guerras hoy le quitan el sueño. “¿Cuántos niños se duermen con el sonido de los disparos ahora mismo? ¿Cuántas escuelas han sido bombardeadas esta semana? ¿Cuántas familias han quedado separadas para siempre, para nunca volver a reunirse?”, se pregunta.

En Gaza, por ejemplo, “la cantidad de niños asesinados es impactante y aterradora. Cuando presenciamos un genocidio como este, a veces parece desesperanzado, como si no se pudiera hacer nada, pero no es así. Para ayudar a los niños afectados por el conflicto, podemos financiar la educación en situaciones de emergencia y apoyar a las organizaciones locales que ofrecen espacios para que los niños accedan a recursos esenciales, materiales de aprendizaje y apoyo en materia de salud mental. Mantener a los niños en la escuela o reincorporarlos a ella lo antes posible es vital para su bienestar psicosocial y su sensación de seguridad”.Joven en desnutrición

Joven en desnutrición en Gaza. Foto: Organización Mundial de la Salud

En relación al régimen talibán de Afganistán, Malala denuncia que “a las mujeres y niñas se les niega el acceso a la educación, el empleo y cualquier forma de participación pública y política. Controlan todos los aspectos de la vida de una mujer, incluso si puede ir a un parque, cuán fuerte puede alzar su voz y cómo se viste. Esto va más allá de la discriminación de género; es apartheid de género”.

En este sentido, esta semana, el Fondo Malala anunció que otorgará 3 millones de dólares en subvenciones nuevas y extendidas para ayudar a las niñas en Afganistán, abordando las necesidades educativas urgentes y promoviendo la justicia a largo plazo.

¿Es la inteligencia artificial la nueva religión de Silicon Valley?

Aunque los chatbots como ChatGPT penetraron en el espíritu de nuestros tiempos hace muy poco, ciertos círculos de Silicon Valley han profetizado sobre el poder de la IA durante décadas.

Por KRYSTA FAURIA

  • TORONTO — A sus 77 años, Geoffrey Hinton tiene una nueva vocación en la vida. Como un profeta moderno, el ganador del Premio Nobel ha hecho sonar las alarmas sobre los peligros de la inteligencia artificial descontrolada y no regulada.

Frecuentemente apodado el “padrino de la IA”, Hinton es conocido por su trabajo pionero en el aprendizaje profundo y las redes neuronales, que ayudó a sentar las bases para la tecnología de IA que suele utilizarse hoy en día. Sintiendo “cierta responsabilidad”, comenzó a hablar públicamente sobre sus preocupaciones en 2023 tras dejar su trabajo en Google, donde laboró durante más de una década.

En los últimos años, a medida que avanza la tecnología —y los dólares de inversión— que impulsan la IA, también lo han hecho los riesgos que conlleva.

“Realmente es como un dios”, dijo Hinton.

Hinton forma parte de un creciente número de figuras prominentes de la tecnología que hablan de la IA usando un lenguaje que antes se reservaba para lo divino. El CEO de OpenAI, Sam Altman, se ha referido a la tecnología de su empresa como una “inteligencia mágica en el cielo”, mientras que Peter Thiel, cofundador de PayPal y Palantir, incluso ha argumentado que la IA podría ayudar a traer al Anticristo.

¿La IA traerá condenación o salvación?

Hay muchos escépticos que dudan que la tecnología merezca este tipo de temor, entre ellos, Dylan Baker, exempleado de Google y principal ingeniero de investigación en el Instituto de Investigación de IA Distribuida, que estudia los impactos nocivos de esa tecnología.

“Creo que a menudo operan desde un pensamiento mágico y fantástico, informado por mucha ciencia ficción que presumiblemente adquirieron en sus años formativos”, dijo Baker. “Están realmente desconectados de la realidad”.

  • Aunque los chatbots como ChatGPT penetraron en el espíritu de nuestros tiempos hace muy poco, ciertos círculos de Silicon Valley han profetizado sobre el poder de la IA durante décadas.

“Tratamos de despertar a la gente”, dijo Hinton. “Para que el público entienda los riesgos y presione a los políticos para que hagan algo al respecto”.

Mientras que investigadores como Hinton advierten sobre la amenaza existencial que, en su opinión, representa la IA para la humanidad, hay CEO y teóricos en el otro lado del espectro que argumentan que nos acercamos a una especie de apocalipsis tecnológico que inaugurará una nueva era en la evolución humana.

En un ensayo publicado el año pasado titulado “Machines of Loving Grace: How AI Could Transform the World for the Better” (“Máquinas de gracia amorosa: Cómo la IA podría transformar el mundo para mejor”, el CEO de Anthropic, Dario Amodei, expone su visión de un futuro “si todo sale bien con la IA”.

El empresario de IA predice “la derrota de la mayoría de las enfermedades, el crecimiento de la libertad biológica y cognitiva, la salida de miles de millones de personas de la pobreza para compartir las nuevas tecnologías, un renacimiento de la democracia liberal y los derechos humanos”.

Mientras que Amodei opta por la frase “IA poderosa”, otros usan términos como “la singularidad” o “inteligencia artificial general (IAG)”. Aunque los defensores de estos conceptos no suelen estar de acuerdo en cómo definirlos, se refieren, en términos generales, a un futuro hipotético en el que la IA superará la inteligencia humana, con el potencial de desencadenar cambios rápidos e irreversibles en la sociedad.

El científico informático y autor Ray Kurzweil ha pronosticado desde la década de 1990 que los humanos algún día se fusionarán con la tecnología, un concepto a menudo llamado transhumanismo.

“No podremos distinguir lo que proviene de nuestro propio cerebro de lo que proviene de la IA. Todo estará incrustado dentro de nosotros. Y nos hará más inteligentes”, dijo Kurzweil.

En su más reciente libro, “The Singularity Is Nearer: When We Merge with AI” (“La singularidad está más cerca: Cuando nos fusionamos con la IA”), Kurzweil reafirma sus predicciones anteriores. Cree que para 2045 habremos “multiplicado nuestra propia inteligencia un millón de veces”.

“Sí”, admitió finalmente cuando se le preguntó si considera a la IA como su religión. Ello habla de su sentido de propósito.

“Mis pensamientos sobre el futuro y el futuro de la tecnología y la rapidez con la que está llegando definitivamente influyen en mis actitudes hacia el hecho de estar aquí y lo que estoy haciendo, y cómo puedo influir en otras personas”, dijo.

Surgen visiones apocalípticas

A pesar de la invocación explícita de Thiel del lenguaje utilizado en el Libro del Apocalipsis, las visiones positivas de un futuro con IA son más “apocalípticas” en el sentido histórico de la palabra.

“En el mundo antiguo, apocalíptico no tiene una connotación negativa”, explica Domenico Agostini, profesor de la Universidad de Nápoles L’Orientale, que estudia la literatura apocalíptica antigua. “Hemos cambiado completamente la semántica de esta palabra”.

El término “apocalipsis” proviene de la palabra griega “apokalypsis”, que significa “revelación”. Aunque a menudo se asocia hoy en día con el fin del mundo, en el pensamiento judío y cristiano antiguo, los apocalipsis eran una fuente de aliento en tiempos de dificultad o persecución.

“Dios promete un nuevo mundo”, dijo el profesor Robert Geraci, que estudia religión y tecnología en el Knox College. “Para ocupar ese nuevo mundo, debes tener un cuerpo nuevo y glorioso que triunfe sobre el mal que todos experimentamos”.

A principios de la década de 2000, Geraci notó por primera vez que se usaba un lenguaje apocalíptico para describir el potencial de la IA. Kurzweil y otros teóricos lo inspiraron a escribir su libro de 2010, “Apocalyptic AI: Visions of Heaven in Robotics, Artificial Intelligence, and Virtual Reality” (“IA apocalíptica: Visiones del cielo en robótica, inteligencia artificial y realidad virtual”).

El lenguaje le recordaba al cristianismo primitivo. “Solo que vamos a sacar a Dios e introducir… tu elección de leyes cósmicas de la ciencia que supuestamente hacen esto y luego tendríamos el mismo tipo de futuro glorioso por venir”, dijo.

Geraci argumenta que este tipo de lenguaje no ha cambiado mucho desde que comenzó a estudiarlo. Lo que le sorprende es que esté tan generalizado.

“Lo que una vez fue muy extraño, hoy está en todas partes”, dijo.

¿Silicon Valley ha encontrado finalmente a su Dios?

Un factor en el creciente culto a la IA es la rentabilidad.

“Hace veinte años, esa fantasía, verdadera o no, realmente no generaba mucho dinero”, dijo Geraci. Ahora, sin embargo, “existe un incentivo financiero para que Sam Altman diga que la IAG está a la vuelta de la esquina”.

Pero Geraci, que argumenta que ChatGPT “no es ni remotamente, vagamente, plausiblemente consciente”, cree que puede haber algo más que impulsa este fenómeno.

Históricamente, el mundo tecnológico ha estado notoriamente desprovisto de religión. Su reputación secular lo precedía tanto que un episodio de la serie de comedia satírica de HBO, “Silicon Valley”, gira en torno a “sacar del armario” a un compañero de trabajo como cristiano.

En lugar de considerar la veneración del mundo tecnológico escéptico hacia la IA como algo irónico, Geraci cree que mantienen un vínculo causal.

“Los seres humanos somos profundamente, profundamente, inherentemente religiosos”, dijo, y agregó que las impresionantes tecnologías detrás de la IA podrían atraer a personas en Silicon Valley que ya han dejado de lado “enfoques ordinarios hacia la trascendencia y el significado”.

Todas las religiones tienen escépticos

No todos los CEO de Silicon Valley se han convertido, aun cuando quieren participar en la tecnología.

“Cuando las personas en la industria tecnológica hablan de construir esta única y verdadera IA, es casi como si pensaran que están creando a Dios o algo así”, dijo el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, en un podcast el año pasado, mientras promocionaba la incursión de su empresa en la IA.

Aunque las teorías transhumanistas como las de Kurzweil se han vuelto más generalizadas, todavía no son omnipresentes en Silicon Valley.

“El argumento científico para eso no es de ninguna manera más fuerte que el argumento para una vida después de la muerte de tipo religioso”, argumenta Max Tegmark, físico e investigador de aprendizaje automático del Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Al igual que Hinton, Tegmark se ha manifestado abiertamente sobre los posibles riesgos de la IA no regulada. En 2023, como presidente del Instituto para el Futuro de la Vida, Tegmark ayudó a liderar una carta abierta en la que pedía a los poderosos laboratorios de IA que “pausen inmediatamente” el entrenamiento de sus sistemas.

La carta recogió más de 33,000 firmas, entre ellas, las de Elon Musk y del cofundador de Apple, Steve Wozniak. Tegmark considera que la carta fue exitosa porque ayudó a “normalizar la conversación” sobre la seguridad de la IA, pero cree que su trabajo está lejos de terminar.

Con regulaciones y salvaguardas, Tegmark piensa que la IA puede usarse como una herramienta para hacer cosas como curar enfermedades y aumentar la productividad humana. Pero es imperativo, argumenta, mantenerse alejado de la carrera “bastante marginal” en la que se encuentran algunas empresas: “la búsqueda pseudorreligiosa de tratar de construir un Dios alternativo”.

“Hay muchas historias en textos religiosos y, por ejemplo, en la mitología griega antigua, sobre cómo cuando los humanos comenzamos a jugar a ser dioses, las cosas terminan mal”, dijo. “Y siento que hay mucha arrogancia en San Francisco en este momento”.

Fuente: https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2025-08-30/es-la-inteligencia-artificial-la-nueva-religion-de-silicon-valley

La unión de los pueblos y las religiones de Rusia

de Stefano Caprio

Releyendo la historia y la realidad rusa pasada y presente, el patriarca Kirill condena a quienes «hacen llamamientos en defensa de la pureza del Islam o de la Ortodoxia», porque «podemos tener diferentes culturas y tradiciones, pero somos un solo pueblo». Mientras tanto, en el barrio moscovita de Kommunalka, se presenta un centro multirreligioso donde se construirán una iglesia ortodoxa, una sinagoga, una mezquita y un templo budista en un espacio compartido.

En los últimos meses han surgido en Rusia tensiones de índole étnica y también religiosa, sumado al creciente activismo de los nacionalistas de la «Comunidad Rusa» que organizan acciones contra los migrantes internos de las zonas del Cáucaso y los provenientes de Asia Central, con tonos extremistas a nivel ideológico filonazi y expresiones de «Ortodoxia radical» a nivel religioso, apoyados por las fuerzas del orden y bendecidos por las comunidades monásticas ortodoxas más radicalizadas. Otra fuente de gran preocupación es la controversia religiosa intraortodoxa entre las diversas jurisdicciones de las iglesias en Ucrania, donde las autoridades civiles presionan cada vez más a la Iglesia pro-Moscú UPZ. En los últimos días se le ha revocado la ciudadanía ucraniana al metropolitano de Kiev, Onufryj (Berezovski), porque se considera que es incompatible con su ciudadanía rusa original. Otros obispos y sacerdotes de la Iglesia UPZ ahora corren el riesgo de ser objeto de la misma medida restrictiva, lo que podría llevar a la expulsión del clero ruso de Ucrania.

El patriarca de Moscú Kirill (Gundyaev) ha intentado responder a estos y otros desafíos durante una discurso que pronunció en la catedral de Cristo Salvador, junto al Kremlin, ante los miembros de la Comisión para el diálogo interreligioso – un organismo creado directamente por la presidencia de Rusia – en el que subrayó la importancia del diálogo multiétnico y multirreligioso como característica principal de la vida de la sociedad rusa. Afirmó que «nosotros tenemos la fortuna de pertenecer a diversas comunidades étnicas y religiosas, podemos tener diferentes culturas y tradiciones, pero somos un único pueblo», lo que se resume en la característica sobornost, la «comunión universal» del mundo ruso.

Kirill asegura que este tipo de unidad «es un fenómeno muy raro en la historia de la civilización humana», una prerrogativa eminentemente rusa. Recordando los antiguos imperios, «desde el romano hasta el soviético», el patriarca observa que en estos sistemas los pueblos vivían efectivamente juntos, «pero la mayoría de las veces esta unidad, especialmente en las fases de agregación, se basaba solo en la fuerza». La fuerza de la etnia principal, del centro político de la capital, Roma, Constantinopla y las posteriores, eran «factores estatales que imponían la unificación», como ocurrió también en la época soviética, donde prevaleció el factor ideológico, aunque en opinión del líder ortodoxo «esta ideología era bastante equilibrada y ofrecía una perspectiva de política nacional sin discriminaciones por factores étnicos». Esto permitía consolidar las relaciones entre las personas, pero «ahora la Unión Soviética ya no existe, independientemente de  nuestra reacción a esto, y sin embargo nuestra unión se ha conservado».

Con estas expresiones, el patriarca resume eficazmente la evolución de la historia rusa en las últimas décadas, recuperando la continuidad entre el imperio soviético «ateo» y el imperio ruso «ortodoxo» de Kirill-Putin. Al igual que el presidente Vladimir Putin, el patriarca Kirill (también Vladimir de nacimiento) creció durante la restauración estalinista bajo la secretaría de Leonid Brézhnev, quien «reparó los daños» del deshielo de Jruschov, en el que se había condenado el «culto a la personalidad» del líder supremo y se había abierto una ventana al «desorden occidental». No es casualidad que en el último congreso de los comunistas rusos del KPRF, hace pocos días, la denuncia de Nikita Jruschov en el XX Congreso del PCUS contra Stalin, en 1956, haya sido declarada «un error de juicio», cerrando el círculo también a nivel histórico-ideológico.

Sin embargo, el patriarca insiste en la dimensión más «profunda y espiritual» de esta continuidad entre comunismo y comunión, afirmando que «los factores políticos, geopolíticos e ideológicos, en los que estaba fundada la unión absolutamente excepcional de nuestro pueblo multiétnico, hoy han desaparecido, pero nosotros seguimos juntos». Por lo tanto, la superioridad de la inspiración religiosa es lo que hace único al pueblo ruso, no las dimensiones sociopolíticas o ideológicas, sino «la sabiduría popular que se ha forjado en la experiencia histórica, que nos permite custodiar una unidad que no es solo en las palabras o las declaraciones, sino en la realidad vivida».

Según la narrativa patriarcal, «la fe en un único Dios ha sido siempre el fundamento espiritual de la vida de nuestro país multiétnico», de modo que todas las verdades profesadas por los rusos, «la fraternidad, la colaboración, la ayuda mutua, el respeto de todos» no se quedan sólo en declaraciones formales o términos vacíos en la retórica cotidiana, sino que son «expresiones de una mentalidad arraigada en las personas, que provienen de lo profundo del corazón». Kirill se proclama profundamente convencido de que «no solo el diálogo, sino la simple convivencia diaria y la cooperación entre ortodoxos y musulmanes» en Rusia, que «por gracia de Dios no se ve oscurecida por ningún tipo de conflicto», es una de las fuerzas unificadoras de las «personas creyentes» y de la solidaridad de todo el pueblo multiétnico. El Islam ruso es una herencia del yugo tártaro-mongol, con la conversión de los kanatos de la Horda de Oro a la religión musulmana a finales del siglo XIV, poco antes del «renacimiento de la Santa Rusia» precisamente en las batallas contra los invasores que habían dominado el país durante un par de siglos, y que fueron luego integrados por los zares victoriosos.

Con estas reinterpretaciones de la historia y de la realidad rusa pasada y presente, el patriarca reivindica el papel determinante de la Iglesia en la fundación del Estado ruso y exhorta a los líderes religiosos a «no poner obstáculos al proceso de consolidación», recordando que «existen fuerzas de todos los bandos que se oponen al desarrollo de estas relaciones». Condena a los que «lanzan llamamientos en defensa de lo que consideran la pureza del Islam o de la Ortodoxia», olvidando que las buenas relaciones entre las confesiones tradicionales de Rusia son «logros de nuestros teólogos y ministros de culto, basados en el progreso real de la historia de nuestra patria multiétnica, en esa comunión que se ha forjado en la experiencia de las personas, no en las cátedras de las universidades, las academias teológicas o algún círculo intelectual», atendiendo a las objeciones provenientes de diversos sectores del mundo académico ruso.

En esta interpretación, «los ortodoxos y los musulmanes luchan codo a codo por nuestra Patria, y podemos enumerar muchísimos ejemplos de aquellos que, en la diversidad de la fe, están unidos en el propósito de hacer crecer nuestro gran país, y esta cooperación debe continuar ante todo entre ortodoxos y musulmanes, las principales religiones monoteístas», bendiciendo de hecho la comparación de la Ortodoxia militante con el Islam alineado en defensa de las leyes sagradas. Las otras religiones tradicionales, según la ley rusa, son el budismo, difundido sobre todo entre los herederos de las etnias tártaro-mongolas, y el judaísmo, presente en las zonas caucásicas desde la antigua Rus’ de Kiev, y que luego se difundió en la Rusia del siglo XIX a raíz de las peregrinaciones provenientes de diversos países de Europa.

Las tesis patriarcales fueron respaldadas por el Gran Rabino de Rusia, Berl Lazar (nacido en Milán, educado en Estados Unidos y ruso «por adopción» desde hace más de treinta años), quien confirmó que «los rusos tenemos un único Padre que nos une» en el discurso que pronunció  en la presentación de un centro multirreligioso en el barrio moscovita de Kommunalka, donde se construirán una iglesia ortodoxa, una sinagoga, una mezquita y un templo budista en un espacio común. Felicitó por su colaboración a los líderes de las religiones tradicionales rusas a todos los niveles federales y regionales, y recordó su reciente visita a la ciudad de Derbent, en el punto más meridional de toda la Federación Rusa a orillas del mar Caspio, donde también se está abriendo un complejo que representa la Ortodoxia, el Islam y el Judaísmo con lugares de culto, salas de museo y una biblioteca, totalmente financiado por el empresario y oligarca Suleyman Kerimov, senador ultraputinista por la república de Daguestán, sometido a todo tipo de sanciones internacionales. El rabino lo ha elogiado por su comprensión de «cuán importante es que las religiones rusas tradicionales no se limiten a vivir una al lado de la otra, sino que muestran la capacidad de colaborar y encontrar puntos en común, para demostrar que lo que nos une es mucho más que lo que nos divide», circunstancia especialmente necesaria en las zonas del Cáucaso septentrional, donde las «religiones abrahámicas» están en guerra desde hace más de mil años.

Lazar reconoce, en efecto, que «no todo es fácil entre nosotros», ya que muchos ministros de culto «de nivel medio y bajo» a menudo se dejan influir por movimientos extremistas, que reavivan los conflictos interétnicos e interreligiosos, pero según el gran rabino «son expresiones marginales dentro de sus propias comunidades», sin insistir en los pogromos antisemitas de los últimos años precisamente en las zonas caucásicas, sino, por el contrario, en la necesidad de «luchar juntos contra estas provocaciones». A la pregunta de en qué medida es posible conservar las relaciones amistosas entre las diversas confesiones en tiempos de continuos conflictos interreligiosos a nivel internacional, la respuesta de Lazar es típicamente rabínica: «Es una prueba de nuestra relación con lo eterno, y debemos mantener un enfoque equilibrado, recordando que el mandamiento de amar al prójimo vale para todas las religiones… Sería demasiado fácil amar solamente a aquellos con quienes nos llevamos bien». Rusia está formada por aquellos que aman incluso a quienes nunca querrían someterse a su asfixiante «comunión universal».

Fuente: https://www.asianews.it/noticias-es/La-uni%C3%B3n-de-los-pueblos-y-las-religiones-de-Rusia-63490.html

¿Son necesarias las religiones?

Religiones
Religiones Vecteezy

«D. Bonhoeffer escribía: Ha pasado el tiempo de la religión en general. Nos encaminamos hacia una época totalmente arreligiosa… si un día resulta claro que no existe el apriori religioso, sino que ha sido una forma del hombre históricamente condicionada y transitoria ¿qué significaría esto para el cristianismo?»

Hoy, casi un siglo después de la muerte de Bonhoeffer, sabemos que las religiones no se pueden suprimir, están indisolublemente ligadas a la cultura de sus pueblos

«Los historiadores de las religiones suelen hablar de ‘tres tambores’, de tres grandes familias o grupos de religiones: religiones proféticas, místicas, y sapienciales»

«Estas líneas se proponen ‘tocar’ fugazmente los tres tambores, es decir: ofrecer una somera información descriptiva que muestre la irreparable pérdida que supondría prescindir del legado y la herencia de las religiones»

Manuel Fraijó

Bonhoeffer en el recuerdo

Bien avanzado el siglo XX, D. Bonhoeffer, el pastor protestante asesinado por Hitler el 9 de abril de 1945, cuando apenas contaba 39 años, escribía: “Ha pasado el tiempo de la religión en general. Nos encaminamos hacia una época totalmente arreligiosa… si un día resulta claro que no existe el apriori religioso, sino que ha sido una forma del hombre históricamente condicionada y transitoria ¿qué significaría esto para el cristianismo?”

Bonhoeffer pensaba que en Europa se había decretado ya la muerte de Dios y, por consiguiente, el final de la religión cristiana. Él se proponía viajar a la India por si de allí pudiera venir la “salvación”. No se proponía, naturalmente, convertirse al hinduismo ni al budismo. Y tampoco deseaba predicar allí el cristianismo. Él sabía que en veinte siglos solo un 3% de Asia se ha convertido al cristianismo. Probablemente lo que Bonhoeffer buscaba en la India era la innegable religiosidad de aquellas tierras. Allí, pensaba él, quedan “semillas” de la auténtica actitud religiosa. Actitud que Bonhoeffer plasmó en su libro Resistencia y sumisión.

Varias generaciones encontramos en aquellas cartas, escritas desde una prisión berlinesa, antesala de la muerte, aliento y lucidez. Y nos quedó claro -si no lo sabíamos ya- que la vida consta de días de Resistencia (de vigor, de fuerza, de salud, juventud), y de Sumisión (eclipse de todo lo anterior, lento acabamiento, vejez, enfermedad y muerte). Bonhoeffer experimentó la sumisión definitiva, la última, aquel 9 de abril en el que, con su Biblia bajo el brazo, enfiló el camino del patíbulo. Todavía le dio tiempo de decir a un compañero de prisión: “Es el final, para mí el comienzo de la verdadera vida”. Aquel día se truncó el futuro del que, según sus biógrafos, habría sido el nuevo K. Barth de la teología protestante. Y, sobre todo, se truncó la vida de una persona buena, de un cristiano solidario y responsable. Antes de participar en la conjura contra Hitler abandonó “solo oficialmente” su Iglesia para que esta no pudiera ser acusada de complicidad.

Dietrich Bonhoeffer - PastoralSJ

En una de sus cartas, Bonhoeffer se preguntaba qué problemas de los muchos que aquejaban a aquella Europa en guerra se podrían solucionar suprimiendo las religiones. Tal vez tenía presente el título de un celebrado libro del padre de la teología protestante del siglo XIX, F.D.E. Schleiermacher: Sobre la religión. Discursos a sus menospreciadores cultivados. En los días de Schleiermacher (1768-1834) la religión era abiertamente zarandeada por no pocos círculos intelectuales. El libro de Schleiermacher se proponía rebatir a aquellos osados pensadores ilustrados.

Hoy, casi un siglo después de la muerte de Bonhoeffer, sabemos que las religiones no se pueden suprimir, están indisolublemente ligadas a la cultura de sus pueblos. Los grandes sistemas metafísicos de la India, por ejemplo, son incomprensibles sin el hinduismo y el budismo. Es más: cuando una religión se debilita queda su cultura. J. L. López Aranguren (1909-1996) aventuraba la hipótesis de que España se deslizaba hacia un tiempo nuevo en el que, en lugar de hablar de “religión cristiana”, sería más correcto hablar de “cultura cristiana”.  También el filósofo polaco L. Kolakowski advirtió a los europeos que “ser enteramente no cristiano significaría no pertenecer a esta cultura”. El rechazo del credo cristiano es compatible con un firme anclaje en la cultura cristiana. Se trata de una tesis aplicable al resto de las religiones. Al concluir un viaje por China, el filósofo B. Russell concluía que los chinos no tenían religión. “La religión de los chinos es ser chino”, concluyó. Habría podido añadir que “ser chino” es estar profundamente enraizado en la cultura confuciana o taoísta, es decir, en las religiones de aquellas tierras. 

El universo de las religiones es altamente plural. Hasta diez mil religiones cuentan los historiadores. Ortega y Gasset, refiriéndose a los habitantes de Togo (tuvo, en Alemania, un compañero de estudios de esta nacionalidad), recuerda que se diferencian unos de otros con la expresión: “ese baila al son de otro tambor”. El tambor simboliza el sistema de creencias para muchos pueblos primitivos.

Los historiadores de las religiones suelen hablar de “tres tambores”, de tres grandes familias o grupos de religiones: religiones proféticas (judaísmo, cristianismo, islam), místicas(hinduismo, budismo), sapienciales(taoísmo, confucionismo). Estas líneas se proponen “tocar” fugazmente los tres tambores, es decir: ofrecer una somera información descriptiva que muestre la irreparable pérdida que supondría prescindir del legado y la herencia de las religiones.

Nos referiremos a las religiones, no a las Iglesias. Son difícilmente separables, peroro mezclarlas nos conduciría a otro escenario. Tampoco abordaremos el complejo tema de la “verdad” de las religiones. El historiador Salustio zanjó el tema de la verdad con una afirmación que ha pasado a la historia: “Estas cosas no sucedieron nunca, pero existen siempre”. A partir de la Ilustración europea se ha ido abriendo camino el convencimiento de que no tenemos acceso a la verdad de las religiones. La investigación ha renunciado al “qué son” y se ha centrado en el “para qué sirven”.

La utilidad ha ido ganando la partida a la verdad. El concilio Vaticano II admitió que todas las religiones son caminos de salvación paras sus creyentes. Aceptó de esta forma, sin abordar el tema de la verdad de sus contenidos doctrinales, que todos los credos religiosos conducen a la salvación. “Salvación” es la palabra definitiva de las religiones. Buda predicaba que, así como el agua del mar sabe toda ella a sal, también todas las religiones saben a salvación. Por lo demás es legítimo que todas las religiones pretendan ser verdaderas y tener “validez universal”; el problema surge cuando cada una de ellas pretende ser la “única” portadora de la verdad. Solo entonces brota la discordia, incluso las guerras, entre ellas. Se impone, pes, distinguir entre la legitima pretensión de “validez universal” y la conflictiva, rechazable, pretensión de “validez única”.

Tres grandes familias (tambores) de religiones

Defendía el gran teólogo protestante, Adolf von Harnack, que quien conoce el cristianismo conoce todas las religiones. Por las mismas fechas, a comienzos del siglo XIX, Max Müller, el iniciador de la moderna ciencia de las religiones, le corrigió asegurando que quien conoce solo una religión no conoce ninguna (Goethe había dicho que quien conoce solo una lengua no conoce ninguna).

Tal vez convenga distinguir entre “conocer” y “tener información”. Solo es posible “conocer” la propia religión, la que se practica o se ha practicado a lo largo de la vida. De las restantes solo nos es permitido “tener información”. Renán, siempre tan sagaz, afirmaba que cuando mejor se conoce una religión es cuando se la abandona. Probablemente se refería a la fuerza cognoscitiva de la ausencia: a los seres queridos se les conoce mejor cuando ya se fueron, cuando solo el recuerdo nos une a ellos. Una religión abandonada, despojada de la rutina de la familiaridad, puede cobrar nueva fuerza ante su antiguo fiel practicante. El abandono de la fe puede ser fuente de mayor y más profundo conocimiento de la religión abandonada. Lo tenido por obvio suele perder profundidad. Pero abordemos ya nuestros “tres tambores”.

Las religiones proféticas

Son las monoteístas, es decir, las que creen en un solo Dios. Solemos considerar como tales el judaísmo, el cristianismo, y el islam. Su figura emblemática es, obviamente, el profeta. Son religiones activas, dinámicas, transformadoras de la realidad social. Son, además, religiones afirmativas que en su largo caminar han acumulado una rica herencia doctrinal. Precisamente por ello, el diálogo con ellas se torna trabajoso.

Tienen un amplio legado que defender. En su interior han introducido filosofías muy precisas que no toleran la ambigüedad en el ámbito de los enunciados doctrinales.  Son religiones muy configuradas, muy firmes en su universo de creencias. Rechazan todo proceder quebradizo o meramente insinuante. Desean saber a qué atenerse. No están dispuestas a poner en peligro los logros de su pasado, de su tradición. De ahí que, a veces, confundan el diálogo con la rendición incondicional. Su tolerancia, en este sentido, será siempre matizada. Agobiadas de convicciones, les queda poco espacio para la negociación con otras religiones. No consideran negociable su identidad. Sus concesiones no rebasarán nunca el ámbito de lo accesorio. En este sentido, los trofeos que ofrecerán a sus interlocutores serán siempre bien secundarios. De ahí el estancamiento del diálogo interreligioso. Con frecuencia no se traspasa el umbral de los “acuerdos operativos”, es decir, de la colaboración en las tareas solidarias que nos interpelan a todos. Son más propensas a entenderse en los temas éticos que en los contenidos doctrinales religiosos.

Holos - Religiones Monoteistas

Las religiones místicas

Estas religiones, el hinduismo y el budismo, tienen en el místico su figura emblemática. En ellas predomina la contemplación sobre la acción. Cultivan la interioridad, la indiferencia frente al mundo, la extinción de las pasiones y deseos. Buscan la paz interior, el sosiego, la calma espiritual. Aspiran a dominar nuestro siempre agitado mundo interior. Son tolerantes, pacíficas, compasivas (aunque también su pasado sabe de guerras y exterminios).  Persiguen una cierta imperturbabilidad. El tiempo y sus avatares pierden mordiente. Su meta es un cierto señorío sobre todo lo que ocurre. Piensan que, si estamos bien amueblados interiormente, podremos hacer frente al trajín del devenir histórico.

La gran batalla se libra en el ámbito de la extinción del deseo. Hay que calmar y dominar la insaciable apetencia del ser humano. De ella brotan todas las desventuras y sufrimientos. Es necesario desplazar acentos y relativizar la marea de los acontecimientos históricos. Algo que no se alcanza solo por la práctica del culto y los ritos. Estos pierden su importancia central. La batalla decisiva se libra en el campo de la ascesis personal. Es ahí donde se aprende a otorgar el debido relieve a cada cosa.   Es necesario jerarquizarlo todo debidamente.

La meditación y la contemplación son los mejores aliados del hinduismo y el budismo. Por medio de ellas se despierta la profundidad, el recto pensar y sentir. Hay en estas religiones una poderosa confianza antropológica de fondo. Consideran que las personas disponemos de recursos suficientes para tomar las riendas de nuestro destino. Creen posible la victoria sobre el agitado mundo interior. La meta final es la paz interior. En el fondo, las religiones místicas son un canto a la dignidad del ser humano. Creen que, si se lo propone, puede hacerse con el mando de su vida. En este sentido, son más optimistas de lo que se suele pensar.

Hinduismo, Budismo y Yoga - Essential Yoga

Las religiones sapienciales

Tienen su prototipo en el sabio. Las más conocidas son el confucionismo y el taoísmo. Lo que estas religiones buscan, sobre todo el confucionismo, es organizar y ordenar la vida, la privada y la pública. Se procura una organización sabia y prudente de la sociedad, la política, la economía y la familia. Se cultiva el recuerdo de los antepasados y las tradiciones familiares. Se otorga gran relieve a los usos ancestrales relacionados con la magia y la adivinación. La gran duda es si estas religiones son realmente religiones o, más bien, sabidurías, cosmovisiones filosóficas. Esta duda es mayor en el caso del confucionismo, la religión de los funcionarios chinos. Es una religión urbana, volcada en la civilización y en todo lo que puede fomentarla. Fundamental es también el humanitarismo. Confucio prohibía incluso “disparar a un pájaro posado”. No sería “juego limpio”, advertía

El taoísmo, en cambio, es la religión de las clases campesinas que desconfían profundamente de la civilización y de sus logros. Se refugia en el contacto con la naturaleza y en el cultivo de las relaciones humanas y familiares. Este contacto con la naturaleza reviste en el taoísmo un carácter hondamente místico.

Para concluir: por motivos pedagógicos hemos destacado lo que prevalece en cada uno de estos grupos de religiones. Pero existe un notable cruce de herencias. Hay mística en las religiones proféticas. Ahí están los grandes místicos cristianos para mostrarlo; sin olvidar, naturalmente, el sufismo en el islam. Y también hay sabiduría en las religiones proféticas. Baste recordar la literatura sapiencial del Antiguo Testamento. Y también existe el profetismo en las religiones místicas. La figura de Gandhi lo avala. Y acabamos de ver que la mística está presente en las religiones sapienciales, sobre todo en el taoísmo. Por tanto: en todas las religiones hay mística, profetismo y sabiduría. Se trata de un problema de acentos y prevalencias.

Bien mirado, nuestra pregunta inicial ¿Son necesarias las religiones? tal vez carece de sentido. El 85% de la humanidad practica alguna religión, religión que le ayuda a vivir, o sobrevivir, digna y esperanzadamente. Y todo lo que presta tan crucial ayuda adquiere la categoría de necesario y debería gozar del respeto universal.

Confucionismo y Taoísmo | Una anécdota y un poema sobre la Civilización -  Puro Verso