
» Caminante no hay camino, SE HACE CAMINO AL ANDAR «
En el ANDAR, enactuando, se va configurando el mundo vivido, como traído de la mano, sin una REPRESENTACIÓN PREVIA, va emergiendo ESPONTÁNEAMENTE en la INTERACCIÓN con el entorno.
PRÓLOGO
Comprender la Enacción de manera simple
La enacción, según Francisco Varela, Evan Thompson y Eleanor Rosch,
afirma algo esencial y profundamente humano: no percibimos un mundo
preexistente que simplemente “está ahí”, sino que el mundo que
experimentamos surge de nuestra interacción viva con él. Percibir y
actuar no son procesos separados: percibimos porque actuamos, y actuamos
porque percibimos.
Este principio se comprende de manera magistral en el experimento de los
gatitos.
El experimento de los gatitos (explicado en 1 minuto)
Hubo dos grupos:
- Gatitos activos
- Caminaban por sí mismos en la oscuridad.
- Decidían hacia dónde mover sus patas.
- Su cuerpo y sus ojos estaban sincronizados mediante la acción.
- Gatitos pasivos
- Eran trasladados en un carrito.
- Veían el mismo “mundo visual”, pero sin mover su cuerpo.
- Sus retinas eran estimuladas igual, pero sin auto-movimiento.
Cuando encendieron la luz: - Los gatitos activos veían bien y coordinaban su movimiento.
- Los gatitos pasivos tropezaban con todo, como si no pudieran ver.
Los ojos eran idénticos.
Lo único diferente era la relación entre percepción y acción.
Qué enseña este experimento
La percepción no ocurre solamente en la cabeza.
La percepción se construye en el movimiento.
Los gatitos activos aprendieron: - qué significa mover la cabeza,
- cómo cambia la luz al girar,
- qué se siente al avanzar hacia algo,
- cómo su cuerpo modifica la experiencia.
Los gatitos pasivos vieron imágenes, pero no construyeron un mundo
significativo, porque faltó la relación sensorio–motora.
¿Qué es entonces la Enacción?
- La percepción es sensorio–motora
Varela lo resume con su frase célebre:
“Ver es una forma de hacer.”
Percibir no es recibir datos, sino actuar en el mundo para revelar
sentido. - La percepción es circular
- Me muevo.
- El movimiento cambia lo que percibo.
- Lo percibido me invita a moverme de nuevo.
- Ese movimiento vuelve a modificar la percepción.
Este bucle construye el mundo vivido.
- La percepción es la construcción activa de un mundo
- Si me muevo activamente → surge un mundo coherente.
- Si solo recibo imágenes pasivamente → no emerge mundo significativo.
La frase clave
“Enacción significa que no vemos para movernos; nos movemos para ver.”
La enacción nos recuerda que el mundo que aparece ante nosotros es fruto
de nuestra vida encarnada, de nuestra sensibilidad corporal, de nuestra
historia personal y espiritual. Es un mundo co-emergente: yo lo
configuro, y al mismo tiempo, él me transforma.
Este marco es esencial para comprender lo que sigue:
cómo Carlos de Foucauld enactuó Nazaret en su vida hasta hacerlo emerger
como su modo de ser más profundo.
Nazaret como Ensamble Enactivo en Carlos de Foucauld
El itinerario espiritual de Carlos de Foucauld puede comprenderse
hondamente desde una perspectiva enactiva y encarnada, donde Nazaret no
es un concepto abstracto ni una idea devocional, sino un modo de ser-en-
el-mundo que él realiza corporal, afectiva y existencialmente.
Su vida se convierte en un proceso dinámico de transformación espiritual,
donde cada etapa, cada contexto y cada gesto se co-determinan con su modo
de relacionarse con Dios, con el prójimo y consigo mismo.
Desde su conversión, Carlos se deja atraer por Jesús y por la forma
humilde y escondida de la vida de Nazaret. Nazaret se vuelve su eje, pero
no como repetición, sino como emergencia: como algo que él hace nacer
mediante su propia vida encarnada.
Nazaret en la Trapa
Allí, Nazaret toma la forma de obediencia radical, pobreza y desaparición
en la vida común. Fue un primer moldeamiento enactivo: un aprendizaje
sensorial, espiritual y corporal de humildad y disciplina profunda.
Nazaret con las clarisas
En esta etapa, Nazaret se reconfigura en:
- oración silenciosa,
- simplicidad del trabajo,
- vida oculta y eucarística.
Su mundo vivido se transforma según su práctica, su espacio y su afecto.
Nazaret en el desierto: Beni Abbès y Tamanrasset
En el desierto, la enacción de Nazaret alcanza una madurez particular: - Nazaret se vuelve hospitalidad radical y silenciosa.
- Su soledad se convierte en presencia para los tuareg.
- Su clausura es ahora una inserción profundamente encarnada.
- Su vida es un Evangelio vivo: silencioso, tierno, compasivo.
En Tamanrasset, su Nazaret integra enactiva y coherentemente tres
dimensiones: - El Nazaret escondido: vida simple, silenciosa, laboriosa.
- La soledad del desierto: escucha, oración, disponibilidad total.
- La vida pública de Jesús: acogida, amistad, bondad concreta.
Sin abandonar su vida contemplativa, Carlos encarna una presencia que
transforma y es transformada. Su mundo espiritual emerge en interacción
con el mundo humano y geográfico del desierto.
Conclusión enactiva
Carlos no reproduce Nazaret.
Lo hace emerger.
Nazaret se vuelve una forma de vida: corporal, afectiva, relacional,
espiritual.
Su identidad espiritual y su mundo vivido se entrelazan hasta volverse
inseparables.
Bibliografía
– Carlos de Foucauld, Escritos espirituales.
– José Luis Vázquez Borau, Vivir Nazaret.
– Francisco Varela, De Cuerpo Presente.
– Francisco Varela, El Fenómeno de la Vida.
– Maurice Merleau-Ponty, Fenomenología de la Percepción.
– Humberto Maturana & Francisco Varela, El Árbol del Conocimiento.
Autor
Dr. Pablo Ghilini
Médico Neurocirujano
Hermano eremita de la Comunidad Ecuménica HOREB Carlos de Foucauld
Actualmente dedicado a la investigación autónoma en:
– Neurobiología del comportamiento humano
– Implicancias neurobiológicas de la espiritualidad y la contemplación
– Fenomenología y enacción en la vida espiritual








