
Se calcula que en el norte de Nigeria habitan unos 40 millones de cristianos, que no pueden rezar en voz alta porque es muy peligroso. No se atreven a hablar de su fe, pues si lo hacen se exponen a ser asesinados por blasfemia.
La palabra genocidio ha transversalizado la narrativa mediática a propósito de la guerra entre la organización terrorista Hamás y el Estado de Israel, iniciada hace dos años y que parece estar llegando a su fin. El poder de las grandes empresas comunicacionales impuso un sesgo en la información al repetir -hasta el hartazgo- la palabra genocidio, cuando se referían al pueblo palestino, utilizado por Hamás, para concitar unanimidad en torno a su relato. Agencias internacionales, medios poderosos, periodistas, presidentes, empresarios, artistas, intelectuales y pensadores lo refrendaron. Lo que exacerbó el activismo zurdo, y generó consenso total entre los miembros de las muy variadas facciones de izquierda, que quieren imponer su verdad y su estilo de vida en este mundo tan convulsionado.
Durante estos dos años este fue el monotema. Lo que silenció otros conflictos, incluso la guerra entre Rusia y Ucrania dejó de tener relevancia en los medios. Por cierto, en este último caso nunca se ha hablado de genocidio, cuando resulta pertinente si nos atenemos a su significado. “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de política, de religión o de nacionalidad” (DRAE).
Lo cierto que esta palabra tiene un fuerte impacto en el imaginario social, que el rojerío ha explotado en función de sus lealtades y afinidades ideológicas. Por eso defiende a Hamás, pero jamás se han pronunciado en relación con lo que ocurre a los cristianos en Nigeria. Decir que es alarmante es quedarse corto frente a la dimensión de este crimen, que se ha llevado por delante la vida de miles de seres humanos. El credo religioso de los secuestrados, torturados y asesinados es la razón que alegan los yihadistas para matarlos.
Esta masacre que no parece tener fin es desconocida por gran parte de los habitantes de este mundo, hasta de la gran comunidad cristiana, que es la más numerosa. En lo personal no he visto ningún pronunciamiento al respecto. Por eso es menester hacerse eco de lo que ha denunciado el criminólogo, investigador y experto en derechos humanos Emeka Umeagbalasi, quien ha puesto el foco en su país. Él afirmó que en Nigeria hay un proyecto para aniquilar a los cristianos e islamizar a esta nación africana.
Nigeria, habitada mayoritariamente por la etnia hausa, fue colonizada por los portugueses en el siglo XV, y en el XVI los ingleses la convirtieron en protectorado y colonia, hasta 1960 cuando obtuvo su plena independencia. Su población es la mayor de África al sumar más de 237 millones de almas, con una densidad poblacional de 247 habitantes por kilómetro cuadrado.
En este Estado del África centro occidental se profesan diversas religiones: el islamismo, el protestantismo y el catolicismo. Pero, hoy por hoy, el gobierno es cómplice de una política expansiva para islamizar a Nigeria. “Los yihadistas se han hecho con el poder político y desde entonces han puesto en marcha un proyecto de islamización nacional”, ha reiterado Umeagbalasi a ACI Prensa el pasado 29 de septiembre.
Este defensor de los derechos humanos enfatiza que han documentado el asesinato coordinado y sistemático de todo un pueblo, “por lo tanto hablamos claramente de un genocidio cristiano”. Se calcula que en el norte de Nigeria habitan unos 40 millones de cristianos, que no pueden rezar en voz alta porque es muy peligroso. No se atreven a hablar de su fe, pues si lo hacen se exponen a ser asesinados por blasfemia. En aquella zona es casi imposible vivir como cristiano, y si esta tendencia continúa en medio siglo habrá desaparecido la pluralidad religiosa.
Umeagbalasi revela cifras en cuanto a represión, encarcelamiento, desapariciones y muertes. Más de 850 cristianos siguen cautivos en varios campamentos de Rijana, muy cerca de una base militar. Hasta agosto fueron asesinados más de cien prisioneros, y de acuerdo con la Conferencia Episcopal de Nigeria han sido secuestrados al menos 145 sacerdotes católicos. Sin embargo, otras fuentes elevan el número a 250 clérigos católicos, a los que deben sumarse 350 ministros de distintas confesiones cristianas. Visto lo visto y si todo sigo al ritmo del yihadismo, en poco tiempo se impondrá el pensamiento único en Nigeria.
Fuente: https://correodelcaroni.com/opinion/genocidio-cristiano-en-nigeria/


