«Federico ingresó al seminario en 1947, no propiamente porque sentía el llamado, sino por darle gusto a su padre. En el seminario encontró tres actividades que le encantaban: estudiar, rezar y jugar»
«Fede chocaba con las estructuras institucionales, porque siempre entendió que el ministerio era para servir y no para ser servido «
«Fede es considerado un héroe en el barrio Popular de Medellín, pues estando vivo construyeron un colegio en honor a él»
«La forma de ser de Federico le trajo varios problemas a nivel eclesiástico, de tres grandes castigos que la Iglesia le puede dar a un sacerdote a Fede le imputan dos: la suspensión a divinis y la expulsión del oficio eclesiástico, es decir, ser párroco»
Julián Bedoya Cardona
El 29 de julio a las 5:50 am fallece Fede, como le gustaba que lo llamaran, noticia inesperada porque, a pesar de sus 89 años de edad, era un hombre lúcido, con gallardía, jovial… siempre que le preguntaban sobre su estado: ¿cómo está? ¿Cómo se siente? Sus respuestas contundentes y sinceras – estoy muy bien, no me duele nada y estoy contento y medio. Me ha tocado una vida de maravilla y añadía: A mí me ha tratado muy bien la vida, me han colocado a hacer lo que me gusta, creyendo que lo que me colocan es un castigo. Vivo de maravilla, no me falta nada.
Cuando coloqué entre fotos en mis redes haciendo alusión a su Pascua, muchos me postearon: ¿murió? Mi respuesta: falleció, más no murió. La muerte no lo ha derrotado, le ha dado la victoria – recordaba la frase de Juan Martín Descalzo: “morir es solo morir, morir se acaba, morir es un fuego fugitivo, morir es pasar la puerta a la deriva y, encontrar lo que tanto se buscaba”. Federico no murió, se nos adelantó a esa orilla donde algún día dejaremos las redes, para seguir a Dios en Espíritu y verdad.
Hoy 29 de julio de 2024, nos hemos despertado con la triste noticia de la muerte del P. Federico Carrasquilla, sacerdote diocesano de la Arquidiócesis de Medellín, a sus 89 años, en la clínica CES de Medellín.
Fede, ¿quién eres tú?
“Sí, mira, nací en Itagüí, de una familia de clase media. Mi papá era farmaceuta y muy, muy religioso, y a mí me dio por pedirle a mi papá que me permitiera hacer el bachillerato en el seminario. La razón para que un niño de 11 años pida ir al seminario debe ser una razón muy rara. Mi papá y mi mamá eran un par de santos, pero los dos tenían una espiritualidad muy distinta. Mi mamá era de novenas, de medallas, de sacrificios, de ofrendas al Señor. Mi papá toda la vida iba a la iglesia a hacer una hora de adoración. Yo le pregunté una vez a mi papá ¿eso de rezar qué es? Y él dijo conversar con Jesús y el Santísimo Sacramento. Y eso a mí me quedó marcado por vida. Para mí rezar no es lo que hacía mi mamá, era conversar con el Santísimo”.
Del seminario lo enviaron a terminar la Teología en Roma. Allí se encontró con el movimiento de San Carlos de Foucauld quien buscó inspirar su vida en la de Jesús, en Nazaret.
Más tarde, en Lovaina, hacia el final de la década de los 60, complementó su comprensión teológica con el aporte de la Filosofía antropológica, redactó su tesis sobre la Antropología del Pobre y más tarde la publicó para al servicio de muchos.
Dedicado, como Jesús, a ser pobre y estar con ellos
Fede, como cariñosamente se le llamaba, fue profesor universitario, pero sobre todo educador o maestro en la fe, de personas y comunidades. Como testigo de Jesús, en medio de los pobres, muchos lo buscaban apara aprender de su sabiduría y estilo de vida. Asi lo hicieron los Jóvenes Misioneros de la Consolata, durante varios encuentros personales con él y, sobre todo, en dos Curso virtuales, uno sobre la Antropologia del Pobre y el otro sobre la Antropologia de la Afectividad, organizado por ellos mismo desde el Proyecto AguaPaneLazo,durante la pandemia (2021)
Fede y los jóvenes
Además de los encuentros, diálogos y largas conversaciones, los jóvenes se correspondían con él. Ellos le escribían y él sacaba tiempo para responderles: “Mis queridos Leidy y Jonathan Gracias por esa carta que me enviaron que me llegó muy profundamente al corazón. Hoy he pasado todo el día orándola y ahora, en esta última hora del año, vivida en oración, antes de comenzar el año nuevo, les quiero enviar la reflexión que he hecho sobre la carta. En primer lugar, un sentimiento de gratitud al Señor por haberme permitido compartir con ustedes todo ese interés, esa PASIÓN por los más pobres, por los más abandonados de la sociedad y realizada de una manera tan profundamente humana, tan científica, es decir sin quedarse en un sentimiento puramente superficial sino abarcando todas las dimensiones de la persona. Creo que es lo mejor que me ha pasado este año. He descubierto en ustedes la realización concreta de lo que ha sido mi preocupación y mi pasión también, desde el principio de mi vida sacerdotal: mirar la persona, ante todo, como un ser humano en todas sus dimensiones. Y en segundo lugar dale también gracias al Señor porque esa pasión la he visto en ustedes, vivida dentro de la PASION por Jesús, por ese Jesús fuente y razón única de nuestra fe cristiana. Cuenten de ahora en adelante siempre con mi colaboración, con mi solidaridad y con mi comunión profunda con todos ustedes. Les deseo lo mejor en este año y que continúen profundizando entonces en esa pasión del hombre dentro de la pasión Jesús y en esa Pasión por Jesús dentro de la pasión por los más pobres. Les deseo de corazón un FELIZ AÑO” (2023)
Despedida orante, desde la fe
Fede, testigo perseverante y fiel
Gratitud de consolación misionera
“Eterno descanso para tan grande seguidor de Jesús. Que su legado siga fructificando”, dice Monseñor Joaquín Pinzón, desde Puerto Leguizamo.
“Gratitud con Dios por este apóstol fiel que pasó por la vida haciendo el bien. Que descanse en paz junto al Dios de la Vida”, dice el Padre Fernando Patiño, desde Puerto Leguizamo.
“Agradecemos a Dios por su ministerio sacerdotal y su presencia entre los pobres. Su vida sea semilla en la vida de nuevos discípulos y misioneros de Jesús”, dicen los jóvenes del AguaPaneLazo.
“Padre Federico Carrasquilla, un sacerdote che ha vissuto tutta la sua vita abbracciando il Vangelo, mettendolo in pratica con se stesso e con il prossimo. La povertà è stata il suo ideale, così come grande é stata la sua ricchezza umana e spirituale. Per sempre nel nostri cuori”, dice el P. Elmer Peláez, entre italiano y castellano, desde Italia.
“En su pascua definitiva, el apreciado Padre Federico nos muestra la plenitud y alegría que Jesús garantiza ya desde esta tierra a los pastores y discípulos misioneros de Su Reino. Agradezco al Señor por el don tan grande que nos concedió en la persona del P. Carrasquilla”, dice el P. Rogelio Alarcón, desde Mozambique.