Nazareth como enfoque enactivo en Carlos de Foucauld

» Caminante no hay camino, SE HACE CAMINO AL ANDAR  «

En el ANDAR, enactuando, se va configurando el mundo vivido, como traído de la mano, sin una REPRESENTACIÓN PREVIA, va emergiendo ESPONTÁNEAMENTE en la INTERACCIÓN con el entorno.

PRÓLOGO
Comprender la Enacción de manera simple
La enacción, según Francisco Varela, Evan Thompson y Eleanor Rosch,
afirma algo esencial y profundamente humano: no percibimos un mundo
preexistente que simplemente “está ahí”, sino que el mundo que
experimentamos surge de nuestra interacción viva con él. Percibir y
actuar no son procesos separados: percibimos porque actuamos, y actuamos
porque percibimos.
Este principio se comprende de manera magistral en el experimento de los
gatitos.
El experimento de los gatitos (explicado en 1 minuto)
Hubo dos grupos:

  1. Gatitos activos
  • Caminaban por sí mismos en la oscuridad.
  • Decidían hacia dónde mover sus patas.
  • Su cuerpo y sus ojos estaban sincronizados mediante la acción.
  1. Gatitos pasivos
  • Eran trasladados en un carrito.
  • Veían el mismo “mundo visual”, pero sin mover su cuerpo.
  • Sus retinas eran estimuladas igual, pero sin auto-movimiento.
    Cuando encendieron la luz:
  • Los gatitos activos veían bien y coordinaban su movimiento.
  • Los gatitos pasivos tropezaban con todo, como si no pudieran ver.
    Los ojos eran idénticos.
    Lo único diferente era la relación entre percepción y acción.
    Qué enseña este experimento
    La percepción no ocurre solamente en la cabeza.
    La percepción se construye en el movimiento.
    Los gatitos activos aprendieron:
  • qué significa mover la cabeza,
  • cómo cambia la luz al girar,
  • qué se siente al avanzar hacia algo,
  • cómo su cuerpo modifica la experiencia.
    Los gatitos pasivos vieron imágenes, pero no construyeron un mundo
    significativo, porque faltó la relación sensorio–motora.
    ¿Qué es entonces la Enacción?
  1. La percepción es sensorio–motora
    Varela lo resume con su frase célebre:
    “Ver es una forma de hacer.”
    Percibir no es recibir datos, sino actuar en el mundo para revelar
    sentido.
  2. La percepción es circular
  • Me muevo.
  • El movimiento cambia lo que percibo.
  • Lo percibido me invita a moverme de nuevo.
  • Ese movimiento vuelve a modificar la percepción.
    Este bucle construye el mundo vivido.
  1. La percepción es la construcción activa de un mundo
  • Si me muevo activamente → surge un mundo coherente.
  • Si solo recibo imágenes pasivamente → no emerge mundo significativo.
    La frase clave
    “Enacción significa que no vemos para movernos; nos movemos para ver.”
    La enacción nos recuerda que el mundo que aparece ante nosotros es fruto
    de nuestra vida encarnada, de nuestra sensibilidad corporal, de nuestra
    historia personal y espiritual. Es un mundo co-emergente: yo lo
    configuro, y al mismo tiempo, él me transforma.
    Este marco es esencial para comprender lo que sigue:
    cómo Carlos de Foucauld enactuó Nazaret en su vida hasta hacerlo emerger
    como su modo de ser más profundo.
    Nazaret como Ensamble Enactivo en Carlos de Foucauld
    El itinerario espiritual de Carlos de Foucauld puede comprenderse
    hondamente desde una perspectiva enactiva y encarnada, donde Nazaret no

es un concepto abstracto ni una idea devocional, sino un modo de ser-en-
el-mundo que él realiza corporal, afectiva y existencialmente.
Su vida se convierte en un proceso dinámico de transformación espiritual,
donde cada etapa, cada contexto y cada gesto se co-determinan con su modo
de relacionarse con Dios, con el prójimo y consigo mismo.
Desde su conversión, Carlos se deja atraer por Jesús y por la forma
humilde y escondida de la vida de Nazaret. Nazaret se vuelve su eje, pero
no como repetición, sino como emergencia: como algo que él hace nacer
mediante su propia vida encarnada.
Nazaret en la Trapa
Allí, Nazaret toma la forma de obediencia radical, pobreza y desaparición
en la vida común. Fue un primer moldeamiento enactivo: un aprendizaje
sensorial, espiritual y corporal de humildad y disciplina profunda.
Nazaret con las clarisas
En esta etapa, Nazaret se reconfigura en:

  • oración silenciosa,
  • simplicidad del trabajo,
  • vida oculta y eucarística.
    Su mundo vivido se transforma según su práctica, su espacio y su afecto.
    Nazaret en el desierto: Beni Abbès y Tamanrasset
    En el desierto, la enacción de Nazaret alcanza una madurez particular:
  • Nazaret se vuelve hospitalidad radical y silenciosa.
  • Su soledad se convierte en presencia para los tuareg.
  • Su clausura es ahora una inserción profundamente encarnada.
  • Su vida es un Evangelio vivo: silencioso, tierno, compasivo.
    En Tamanrasset, su Nazaret integra enactiva y coherentemente tres
    dimensiones:
  • El Nazaret escondido: vida simple, silenciosa, laboriosa.
  • La soledad del desierto: escucha, oración, disponibilidad total.
  • La vida pública de Jesús: acogida, amistad, bondad concreta.
    Sin abandonar su vida contemplativa, Carlos encarna una presencia que
    transforma y es transformada. Su mundo espiritual emerge en interacción
    con el mundo humano y geográfico del desierto.

Conclusión enactiva
Carlos no reproduce Nazaret.
Lo hace emerger.
Nazaret se vuelve una forma de vida: corporal, afectiva, relacional,
espiritual.
Su identidad espiritual y su mundo vivido se entrelazan hasta volverse
inseparables.
Bibliografía
– Carlos de Foucauld, Escritos espirituales.
– José Luis Vázquez Borau, Vivir Nazaret.
– Francisco Varela, De Cuerpo Presente.
– Francisco Varela, El Fenómeno de la Vida.
– Maurice Merleau-Ponty, Fenomenología de la Percepción.
– Humberto Maturana & Francisco Varela, El Árbol del Conocimiento.
Autor
Dr. Pablo Ghilini
Médico Neurocirujano
Hermano eremita de la Comunidad Ecuménica HOREB Carlos de Foucauld
Actualmente dedicado a la investigación autónoma en:
– Neurobiología del comportamiento humano
– Implicancias neurobiológicas de la espiritualidad y la contemplación
– Fenomenología y enacción en la vida espiritual

Charles de Foucauld, la historia de un buscador incansable que llegaría a escribir la ‘Oración del abandono’

No brotó de un instante místico aislado, sino de un corazón que conoció la sed y la intemperie. Una súplica nacida del desierto exterior… y del interior

María Rabell García Corresponsal en Roma y El Vaticano

La vida de Charles de Foucauld es quizá una de esas que sigue impresionando por su originalidad, su fuerza y la radicalidad con la que impactó incluso en el silencio y en lo escondido. Figura inquieta y apasionada, quemó etapas con la misma intensidad con la que más tarde se abandonaría a Dios.

Antes de convertirse en el «hermano universal»–como también se le conoce–, atravesó noches profundas y búsquedas ardientes que lo llevaron del desenfreno juvenil a la exploración temeraria del Sáhara. «A los 17 años era puro egoísmo, pura vanidad, pura impiedad, puro deseo del mal, estaba como enloquecido…», llegaría a escribir.

Su célebre ‘Oración del abandono’ no brotó de un instante místico aislado, sino de un corazón que conoció la sed y la intemperie. Una súplica nacida del desierto exterior… y del interior.

«Dios mío, si existes, haz que te ame»

Tras comprobar que los excesos y el brillo social no calmaban su inquietud, Foucauld se lanzó a la aventura intelectual y geográfica. Recorrió Marruecos y Argelia disfrazado de judío, cartografiando territorios hasta entonces inexplorados para un europeo.

Aquella hazaña le valió el reconocimiento científico, pero no la paz. Fue el ejemplo silencioso de los musulmanes que veía rezar con disciplina diaria lo que abrió en él una grieta espiritual: «Dios mío, si existes, haz que te ame», repetía. Y Dios respondió.

Su conversión fue abrupta, casi paulina. Una confesión y una comunión lo pusieron en camino hacia una vida radicalmente distinta. Entró en la Trapa, orden cisterciense de la estricta observancia, donde pasó siete años de silencio y dureza, pero tampoco allí encontró su lugar definitivo.

Traducir el Evangelio para los tuaregs

Lo buscaba en otra parte: en la simplicidad escondida de Nazaret. Vivió como un ermitaño en Tierra Santa, siguiendo los pasos de Jesús pobre y oculto. Posteriormente, ordenado sacerdote en 1901, Foucauld sintió que su misión estaba entre los más olvidados.

Llegó a Béni Abbès, Argelia, como hermano y servidor de todos, sin distinción de fe o procedencia. Más tarde, en Tamanrasset, se hizo uno con los tuaregs: aprendió su lengua, compartió su vida y tradujo para ellos el Evangelio.

Su muerte, en 1916, fue tan silenciosa como su vida. Asesinado en su humilde ermita por un grupo de rebeldes senusíes, murió perdonando a sus agresores, como Jesús en la cruz. Y es precisamente de esa escena del Calvario, con Cristo despojado y entregado, de donde la ‘Oración del abandono’ encuentra su sentido. Foucauld no la escribió literalmente: surgió de una meditación más amplia, escrita en 1896, en la que intentaba unirse a la oración de Jesús en la cruz.

Charles de Foucauld fue beatificado por Benedicto XVI en 2005 y canonizado por el Papa Francisco el 15 de mayo de 2022. Su fiesta se celebra el 1 de diciembre, día de su martirio.

‘Oración del abandono’

«Padre mío,

me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.

Lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo.
Con tal que Tu voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas,
no deseo nada más, Dios mío.

Pongo mi vida en Tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y porque para mí amarte es darme,
entregarme en Tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre».

Carlos de Foucauld y René Voillaume

Os envío el material compartido durante la XIII Jornadas de desierto, recogido por el hno. Enzo de la CEHCF, por si puede ayudar a conocer un poquito más al hno Rné Voillaume con toda su gran aportación a la Familia Carlos de Foucauld

https://drive.google.com/file/d/1OiBEBPOqdNffkKNlFP_EoYCVbAnrezya/view?usp=sharing

San Carlos de Foucauld, en el aniversario de su muerte

santo del 1 de diciembre
San Carlos de Foucauld

San Carlos de Foucauld es un testigo luminoso del amor de Dios vivido en silencio, humildad y entrega total. Su vida nos invita a volver a lo esencial: amar a Cristo con todo el corazón y ver en cada hermano un hijo amado del Padre.

Hoy recordamos a este santo misionero, cuya existencia escondida en el desierto dio frutos inmensos para la Iglesia. Su fiesta nos anima a cultivar una fe sencilla, contemplativa y profundamente unida a Jesús.


Biografía y legado.

Carlos de Foucauld nació en Estrasburgo en 1858. Tras quedar huérfano, buscó sentido en la vida a través de la carrera militar y los viajes. Durante años vivió alejado de la fe, pero una búsqueda interior lo llevó a redescubrir a Dios. Su conversión ocurrió en París, guiado por el padre Huvelin, quien lo condujo a una profunda experiencia del amor misericordioso de Cristo.

Decidió seguir radicalmente el Evangelio y dedicó años a la vida religiosa en la Trapa. Más tarde se sintió llamado a vivir como ermitaño en medio de los más pobres. Se instaló en el desierto del Sahara, en Tamanrasset, donde convivió con los tuareg, aprendiendo su lengua y cultura. Su misión no fue convertir multitudes, sino ser “hermano universal”: presencia de amor, oración y servicio.

Murió en 1916, víctima de un ataque en un contexto de inestabilidad local. Después de su muerte, su ejemplo inspiró a numerosas fraternidades laicales y religiosas que hoy viven su espiritualidad. Fue canonizado en 2022 por el papa Francisco.


Virtudes y enseñanzas.

Amor profundo a Jesús Eucaristía.

Humildad y sencillez en la vida cotidiana.

Espíritu fraterno abierto a todos.

Vida de oración contemplativa en medio del mundo.


Oración al Santo de Hoy.

La figura de San Carlos de Foucauld nos invita a buscar a Dios en el silencio del corazón y a servir sin esperar reconocimiento. Te proponemos unirte en oración para pedir su intercesión, especialmente para aprender a amar con un corazón sencillo y disponible. Encuentra la oración completa en nuestro canal de YouTube y permite que su ejemplo inspire tu camino espiritual.

Oración a San Carlos de Foucauld.

oracion al santo del dia

Reflexión final.

San Carlos de Foucauld descubrió que la santidad no consiste en grandes obras, sino en amar cada día con fidelidad. Su vida escondida en el desierto nos muestra que Dios actúa poderosamente en lo pequeño y silencioso. Él comprendió que la verdadera misión comienza contemplando a Jesús y permitiendo que su amor transforme nuestro interior.

Su testimonio nos invita a vivir la fe con autenticidad, a cultivar la oración profunda y a mirar a cada hermano con ternura. Que San Carlos nos ayude a elegir la sencillez, a dejar de lado lo que nos distrae y a abrazar con alegría la voluntad de Dios. Que su ejemplo encienda en nosotros un deseo renovado de ser signos vivos del amor del Padre en medio del mundo.

Seis nuevos curas en la Fraternidad Sacerdotal de la República Dominicana

San Carlos de Foucauld, la vocación a la vida oculta

El 1 de diciembre celebramos la fiesta de san Carlos de Foucauld. Nacido en una familia noble, dilapidó su herencia viviendo una juventud disoluta. Luego ingresó en el ejército y se convirtió en un gran y reconocido explorador del norte de África.

A los 28 años, como el hijo pródigo, regresa a la fe y pide su ingreso en la Trapa, donde permanece varios años hasta que se siente llamado a una vida más austera. Se establece en el desierto del Sáhara, donde vive su vocación de vida oculta de Nazaret. Al servicio de los pobres, vivió entre los tuareg estudiando su lengua y su cultura. Su muerte prematura, de un disparo fortuito durante una emboscada, le impidió realizar su proyecto de fundar una congregación que compartiera su carisma; no obstante, una gran familia espiritual sigue sus pasos.

En Málaga esta familia está presente a través de diferentes entidades como la Fraternidad Secular, la Fraternidad Carlos de Foucauld, los Hermanos y Hermanitas de Jesús, la Fraternidad Sacerdotal, la Comunidad Ecuménica Horeb–Carlos de Foucauld, la Unión–Sodalicio Carlos de Foucauld y los Amigos del Desierto. Todos ellos celebrarán juntos la Eucaristía, el día de la fiesta de su padre espiritual a las 19.30 horas en la parroquia de las Flores.

TRÍDUO DE PREPARACIÓN AL HERMANO UNIVERSAL EN LA IGLESIA ANGLICANA DE MATO GROSSO (BRASIL) (CEHCF)

Descendientes de un santo, ven el legado de su antepasado

Descendants d'un saint, ils vivent l'héritage sacré de leur ancêtre

La familia Costa de Beauregard en la beatificación de Camille Costa de Beauregard el 17 mayo 2025 en la catedral de Chambéry.

Anna Ashkova 

Son parientes de Charles de Foucauld, Pauline Jaricot y Pier Giorgio Frassati… Entre el orgullo, la humildad y la búsqueda de sentido, varios herederos dan testimonio a Aleteia de su íntima relación con su santo antepasado.

En su árbol genealógico llevan un nombre inscrito en el calendario litúrgico. En algunos casos, la herencia se adivina en su apellido, en una imagen piadosa o en una reliquia en un espacio de oración. En otros, se encarna en un compromiso, una vocación o un simple impulso del corazón. Estos descendientes de santos no reclaman gloria ni privilegios, solo buscan estar a la altura de un ejemplo que los supera.

Tras las huellas de un antepasado santo

Muchos descubren este parentesco por casualidad, al realizar una investigación genealógica o al escuchar una historia familiar. Otros crecieron en un ambiente en el que la memoria del santo era una presencia benévola. Y luego están aquellos que siguen la misma vocación, como el padre Gilles Barbe, jesuita que vive en Bruselas, Bélgica.

Aunque su nombre es desconocido para sus fieles, su árbol genealógico esconde a un beato. El padre Gilles es sobrino nieto del padre Ladislas Radigue, religioso picpuciano martirizado durante la Comuna el 26 de mayo de 1871. «Antes de que se hablara del padre Ladislas, nuestra familia no era consciente de cómo nuestra fe estaba arraigada en el pasado, ni de cómo alimentar nuestra fe de manera colectiva», explicaba a Aleteia.

Y añadía: «Mientras el cielo se oscurecía a su alrededor, él encontró una luz interior, discernió lo que era justo, encontró un motivo de alegría y esperanza, lo que hoy me dice mucho».

Una inspiración de misión

Jean de Roquette-Buisson también se siente inspirado por la figura misionera de su antepasada, Pauline Jaricot. «Soy descendiente de su hermano mayor, Paul», precisa este cuarentón, que tuvo la alegría de vivir la beatificación de Pauline Jaricot en Lyon el 22 de mayo de 2022.

Una filiación que afirma vivir con mucha humildad y gratitud: «Pauline Jaricot se entregó por completo a los más vulnerables y a las obras caritativas. Ella es un ejemplo para mí». Desde los 21 años, Jean de Roquette-Buisson es voluntario y ayuda a personas con discapacidad en diferentes asociaciones, entre ellas la Orden de Malta. Una causa que le es muy querida.

Raphaëlle de Foucauld, cuyo marido es pariente de San Carlos de Foucauld, también se inspira en la vida de este «hermano pequeño universal» que se santificó mediante un proceso de entrega al Padre. «Es una verdadera suerte. Nos sentimos impulsados por este vínculo familiar», se alegra Raphaëlle de Foucauld. «Lo que siempre me ha conmovido de él es su humildad», explica la consejera matrimonial y familiar. «Su disponibilidad hacia los demás, su capacidad de escuchar… Inspira muchas actitudes que son muy apreciadas por un terapeuta».

Una misión de memoria

Raphaëlle de Foucauld

Aunque Clémentine Beauvais no es creyente, se siente muy cercana a su antepasada, santa Margarita María Alacoque, sobre todo desde que le dedicó una obra titulada Sainte Marguerite-Marie et moi (Santa Margarita María y yo), publicada en 2021. «Hubo un antes y un después de este libro. Antes, el hecho de tener a santa Margarita María en el árbol genealógico era más bien una broma familiar, salvo para mi abuela, que era piadosa y se lo tomaba en serio.

Cuando empecé a escribir mi libro, todo cambió radicalmente, empecé a ver a santa Margarita María de otra manera», confiesa la joven. Aunque sigue siendo tan agnóstica como antes, admite que su santa antepasada sigue presente en su vida, sobre todo desde el estreno de la película Sacré-Coeur. «Recibo muchas cartas y mensajes, y cuando estoy en una iglesia, ahora busco una vidriera con ella… Me alegra ser testigo de este fuerte regreso de Margarita María», se regocija Clémentine Beauvais.

En Polonia, Wanda Gawronska, de 98 años, ha convertido su vida en un homenaje vivo a su tío, Pier Giorgio Frassati, canonizado el 7 de septiembre de 2025 en Roma por León XIV. A pesar de su avanzada edad, quiso estar presente en este día tan importante para ella. «Lo que llama la atención de su vida es su coherencia, su continuidad en una auténtica autenticidad», confesó a Aleteia en 2018. Cada gesto de su vida cotidiana parece guiado por el recuerdo de Pier Giorgio Frassati.

Desde hace varios años, no deja de dar testimonio de la vida de este joven italiano amante de la vida, apóstol de la caridad y deportista consumado, que murió fulminado por la enfermedad a los 24 años. Son precisamente todas estas cualidades de su tío las que ella considera atractivas para los jóvenes de hoy. «La juventud de hoy sabe perfectamente que puede identificarse con él. Sabe que, siguiendo su ejemplo, puede transformar su vida en una «maravillosa aventura».

Apoyo y guía espiritual

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Tener un santo en la familia también permite establecer una fuerte relación espiritual con él. Cuando surgen las pruebas, muchos dicen haber encontrado apoyo y consuelo en esta filiación especial, como atestigua Raphaëlle de Foucauld. «Rezamos a menudo a Charles de Foucauld, sobre todo en momentos difíciles».

En la familia de Jean de Roquette-Buisson, desde la beatificación de Pauline Jaricot, que permitió reunir a toda su gran familia, se ha creado un grupo de WhatsApp para rezar juntos el rosario en el espíritu de la beata de Lyon. «Resulta que yo también tengo un vínculo familiar con Charles de Foucauld. A menudo recitamos su oración de abandono en familia», precisa, añadiendo que su abuela paterna pudo conocer al santo en la década de 1910, cuando tenía 3 o 4 años.

Fuente: https://es.aleteia.org/2025/11/12/descendientes-de-un-santo-ven-el-legado-de-su-antepasado/

A Alauda Ruiz, directora de «Los domingos», le fascinó la certeza de una amiga que entró en clausura

Entrevistamos a la cineasta que ha ganado la Concha de Oro en San Sebastián con esta hermosa historia de vocación religiosa

La joven actriz novel Blanca Soroa, con la directora Alauda Ruiz de Azúa, al rodar la magnífica película Los Domingos
La joven actriz novel Blanca Soroa, con la directora Alauda Ruiz de Azúa, al rodar la magnífica película Los DomingosDavid Herranz

Pablo J. Ginés

Alauda Ruiz de Azúa (Baracaldo, 1978), ha ganado la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián por su hermosa película Los domingos, que se estrena en cines el 24 de octubre. Críticos de cine y medios de todas las tendencias están fascinados con esta película.

Pero los más asombrados son los cristianos españoles, acostumbrados a ser vapuleados en el cine español generalista. He aquí una película en la que todos los creyentes salen bien representados y el misterio de Dios y de la vocación se presenta con delicadeza y respeto. Hay un homenaje a la pureza, a lo auténtico, encarnado en Ainara (Blanca Soroa), una chica vasca de 17 años que discierne su posible vocación a la clausura. También hay una familia, no muy bien equipada, que intenta superar sus dificultades y contradicciones.

La directora atiende a ReL en un diálogo ágil.

– Alauda, ¿alguien te ha regañado por esta película?

– Mmm, algún comentario ha habido. Que era un poco tibia, que podía ser más crítica con la religión. Pero sólo alguno.

– Hemos leído que Blanca Soroa, la joven actriz novel, no tenía formación religiosa…

– Sí, ella viene de una formación laica. La preparamos con nuestro trabajo de documentación. Intentábamos entender las emociones, los sentimientos de jóvenes que dicen que tienen vocación. Ellas hablan mucho de emociones y queríamos trabajar lo emocional. Luego ya cada uno tendrá que decidir si hay una llamada divina u otra cosa.

– ¿Emoción? ¿O convicción? Es distinto…

– La convicción puede ser más intelectual. En la película no entramos tanto en lo intelectual.

– ¿Cuánto de la vocación de Ainara es emoción, y cuanto es convicción?

– Mi sensación hablando con chicas que lo han vivido es que la vocación para ellas fue muy emocional. Y por eso es arrebatador e incuestionable.

– Hemos leído que el tema te interesó por una experiencia en tu juventud…

– Yo tendría unos 19 años y fui con una amiga de mi edad, que entró en una orden de clausura. A mí, como persona no creyente, me pareció chocante su certeza, esa decisión radical. Ellas, las que entran en clausura, lo cuentan como una liberación.

– En esta película, sólo hay focos y luces y efectos especiales en la discoteca. ¿Es buscado?

– Sí. Yo quería dar al espectador un margen. Buscaba una cierta distancia. Cada personaje defiende su postura, pero yo, con mi cámara y efectos, no debo empujar en una dirección. En la disco, por supuesto, sí, hay focos y luces y efectos.

– Nunca vemos enfocar a un Cristo o Virgen. Las imágenes religiosas en ‘Los domingos’ siempre están lejos, desenfocadas…

– En un cine religioso más evangelizador a lo mejor buscan mostrar la acción de Dios con planos de imágenes religiosas, de Cristos. Pero yo no quise ir por ahí. Yo me interesaba por los personajes y sus relaciones.

– Los espectadores están un poco desconcertados con el padre de Ainara, que a veces grita y a veces la deja hacer…

– En él conviven muchas cosas. Tiene voluntad de respetar, pero quizá también un cierto egoísmo, el de quien se está organizando una nueva vida, y una cierta culpabilidad por sus carencias.

– Ainara, en la película, está sola. No tiene amigas cristianas serias con las que hablar de fe. ¿Es por razones dramáticas?

– Es que en algunos de estos procesos animan a las chicas a llevarlo con cierta discreción e intimidad. Supongo que dependerá de cada caso.

Ainara y otra chica hacen una experiencia vocacional con las betinas, congregación inventada en la película Los Domingos
Ainara y otra chica hacen una experiencia vocacional con las betinas, congregación inventada en la película Los DomingosDavid Herranz

– Ainara reza la oración del abandono de San Carlos de Foucauld en un momento cumbre. ¿Cómo conociste esta oración?

– Vi que muchas personas tienen oraciones de cabecera, como ésta, que la usaba una persona que conocí. Yo buscaba una oración así, y esta evocaba la figura del padre, que es un tema de la película, y del sentimiento amoroso, divino o terrenal.

  • [La oración, muy popular, dice: «Padre mío, me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras. […] Pongo mi vida en Tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo. Amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre»].

– ¿Te impusiste algún tabú o línea roja con esta película?

– Querer entender a todos. No ser dogmática en ninguna dirección. Ser rigurosa al documentarme, en clave humanista.

– No hay muchas películas de ficción que hablen de vocación. Está ‘La llamada’ (2017), de los Javis, pero ahí había música, visiones curiosas, luces…

– Cuando la vi, hace años, me pareció un ejercicio divertido y fresco en su momento. Es más lúdica.

– ¿Has visto ‘Converso’ (2017), de David Arratibel?

– Sí, me gustó mucho. Me gusta esa voluntad de entender lo que pasa en alguien. Me gusta eso en el cine, el cine es bueno en eso. Y él contaba su experiencia personal, de su familia. Se veía muy honesto. 

Arratibel, cineasta agnóstico, vio que sus parientes se convertían y lo recogió en un filme único

– ¿Alguien te ha dicho que la peli le ha ayudado en su vocación?

– No, pero en preestrenos he visto reacciones muy interesantes. Hay quien ha estado en procesos de discernimiento, chicas que en su momento se sintieron solas, o juzgadas, y dicen que se sienten bien representadas. También hay creyentes que me dicen: «si mi hija se mete a clausura yo me revolvería como la tía Maite». Eso siempre me parece curioso.

– ¿Cómo convenzo a mis lectores de que aquí hay una película española premiada que no ataca a la fe? No se lo van a creer, no están acostumbrados…

– Ay, no sé. Yo digo que es una película para entender al otro. Me gusta decir que es una película que no te impone nada como espectador. Creo que casi todos los puntos de vista están representados.