
En Umbría existen tres institutos de vida consagrada pertenecientes a la Asociación Familia Espiritual de Carlos de Foucauld: Hermanitas de Jesús (Asís), Hermanitos del Evangelio (Spello) y Hermanitos de Jesús Caritas (Spello-Foligno). Son pequeñas presencias, las fraternidades , muchas veces silenciosas y sin grandes obras sociales organizadas ni apostolado. Según las primeras intuiciones del Padre de Foucauld (1858-1916), los petits frères y las petites sœurs tienen como tarea primordialpara «hacer reinar a Jesús ya la Caridad en sus corazones y en torno a ellos»; sus fraternidades dedicadas al Sagrado Corazón de Jesús, «deben como Él resplandecer en la tierra y llevaros el fuego del Amor»; “Viven a sus pies en la Santa Casa de Nazaret, esforzándose con toda su alma en amarlo , imitarlo y obedecerlo ” (cf. Règlements et Directoire , 103). Este es un punto fijo en el pensamiento y en la vida de Foucauld, aun cuando viviendo en el desierto del Sahara se vio, «obligado por los acontecimientos», a dedicarse a una intensa labor de evangelización: «Aquí estoy junto al querido y santo Prefecto Apostólico de la Sahara que le permite trabajar en este trabajo en su territorio… Trabajar allí, ¿cómo?Suplicando, inmolándome, muriendo, santificándome y finalmente amándolo ” (a Suzanne Perret, 1904).

En concreto, los Hermanitos de Jesús Caritas (presentes en Irpinia y en Tierra Santa) fundados por fr. Gian Carlo Sibilia, dio sus primeros pasos inmersos en la iglesia boloñesa de los años 60. Tras las huellas del hermano Carlos de Jésus, e iluminados por las enseñanzas del cardenal Lercaro, captaron el corazón de su vida comunitaria en la lectura continua de la Escritura y en la celebración eucarística: el Libro y el Cáliz. En 1969, por invitación del obispo de Foligno, Mons. Siro Silvestri, y apoyados fraternalmente por Carlo Carretto (1910-1988), los hermanos pequeños se instalaron en Limiti di Spello. Fue en Limiti que la primera iglesia después del Concilio Vaticano II fue diseñada y construida por el arquitecto Franco Antonelli, teniendo en cuenta las nuevas normas litúrgicas recién emitidas y en la idea de la Iglesia de los papas Juan XXIII y Pablo VI. Mons.Silvestri, deseando construir lo nuevo sobre lo antiguo, dedicó la nueva iglesia a la Cruz Gloriosa como lo fue la antigua abadía benedictina de Sassovivo (siglos XI-XIII). ) que desde principios del siglo XIX ya no albergaba una comunidad religiosa. Con la misma idea quecontinuidad entre lo antiguo y lo nuevo desde 1979 la custodia de la Abadía ha sido confiada a los mismos hermanos.

En respuesta a su llamada, el hermanito consagra su vida al amor de Dios y al amor de todos los hombres, sus hermanos y hermanas, encomendándose a la adoración y alabanza de la gloria del Señor; a la incesante intercesión por la Iglesia particular en la que vive, por la Iglesia universal y por todos los hombres ( Constituciones , n. 1). Al servir a las Iglesias particulares en sus diversas funciones (parroquias, capellanías, enseñanza, etc.), el hermano individual está llamado a no confiar excesivamente en los medios humanos, sino a defender el primado de la contemplación, la caridad y el testimonio, recordando con Foucauld que “hacemos el bien, no en la medida de lo que decimos y hacemos, sino en la medida de lo que somos, en la medida en que Jesús vive en nosotros” .
La aspiración profunda a la vida evangélica es vivirla plenamente en el corazón de la Iglesia y del mundo, este es el realismo espiritual de Carlos de Foucauld. El hermanito participa así del nacimiento del mundo nuevo, como de los dolores y alegrías del parto, por la venida del Reino. Su primera diaconía es, por tanto, vivir la angustia de la unidad continua y sobrenatural, que lleva a todos a ser un solo corazón y una sola alma.

El mensaje de amistad personal con el Amado Jesús y de fraternidad universal en el Padre de Foucauld fue recibido por la Iglesia durante la beatificación que tuvo lugar en Roma en 2005. Las fraternidades son, pues, en su pequeñez, ante todo, una presencia en este «tierra de santos. Y quisieran convertirse cada vez más en lugares de oración, de encuentro y de comunión.
hermano oswaldo jc
