COMUNICADO DE RELIGIONES POR LA PAZ

De la división al diálogo: una llamada a la paz en Tailandia y Camboya

En solidaridad y compasión con el pueblo de Tailandia y Camboya

Con profundo pesar y profunda preocupación, damos testimonio de las tensiones y el sufrimiento que se están desatando en nuestras queridas comunidades de Tailandia y Camboya. El dolor que sufren nuestros hermanos y hermanas en esta región nos abruma profundamente.

En Religiones por la Paz , extendemos nuestras más profundas oraciones a todas las víctimas de la violencia, a aquellos desplazados de sus hogares y a cada alma que anhela seguridad, dignidad y paz.

En este momento crítico, cuando nuestra familia global se enfrenta a una conmoción sin precedentes, estamos llamados a superar la división y a caminar juntos en solidaridad. Las heridas históricas que perpetúan ciclos de daño son complejas y profundamente arraigadas, y nos llaman a encontrarnos con honestidad, humildad y compasión.

Los sitios sagrados y espacios compartidos que abarcan Tailandia y Camboya son más que simples marcadores geográficos. Son testimonios vivos de nuestras historias entrelazadas y nuestra afinidad espiritual. Estos lugares no deben ser objeto de apropiación indebida para alimentar la discordia, sino más bien deben ser enaltecidos como símbolos perdurables de unidad y reverencia.

Como personas de fe, se nos confía el imperativo moral de trascender las fronteras e ideologías que nos dividen. Al unirnos —más allá de las religiones, culturas y naciones—, afirmamos nuestra humanidad compartida y nos comprometemos a construir puentes de entendimiento, cooperación y paz duradera.

Religiones por la Paz , como la coalición multirreligiosa más grande del mundo, ha sido testigo del poder transformador de la solidaridad interreligiosa. Una y otra vez, hemos visto cómo el amor, la compasión y la acción colectiva pueden sanar incluso las fracturas más profundas, forjando un camino hacia el florecimiento de todos.

Por este motivo, hacemos un llamamiento a todas las partes a:

  • Cesar de inmediato cualquier acción que pueda aumentar las tensiones o causar daños a personas inocentes, reforzando el acuerdo de alto el fuego del 28 de julio.
  • Comprometerse honestamente con un alto el fuego permanente que pueda sentar las bases para un acuerdo de paz justo y duradero.
  • Participar en un diálogo significativo a través de canales diplomáticos y religiosos para abordar las preocupaciones subyacentes.
  • Honrar el patrimonio cultural y espiritual compartido que une a estas naciones vecinas.
  • Trabajar en colaboración para encontrar soluciones que defiendan la dignidad y los derechos de todas las personas.

Que nuestros compromisos sagrados sean un faro de reconciliación. Que nuestros esfuerzos colectivos se conviertan en una fuerza transformadora para la unidad, la prosperidad y la paz duraderas.

En la fe y la solidaridad,

Dr. Francis Kuria

Secretario General

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