EN MEMORIA DE JEAN FRANÇOIS BERJONNEAU

Aurelio Sanz

Jean-François BERJONNEAU, de mi equipo internacional de la fraternidad, murió ayer en la carretera. El jueves pasado estuve hablando con él, pidiéndole un favor.

Buen pastor en diversas parroquias, vicario general de Jacques GAILLOT en Évreux,  capellán de prisiones, activista en el diálogo interreligioso con el Islam. Un hombre de Dios. Estoy muy impresionado, porque era un amigo del alma, y durante casi siete años estuvimos trabajando codo con codo. Era mi asistente general.

Ahora está con el Señor.

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