
Por muy bajo que caigamos, nunca desesperemos. La bondad de Dios está por encima de todo mal posible. Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, como la nieve serán emblanquecidos (Is 1:18). No hay momento en nuestra vida en que no podamos comenzar una nueva existencia, separados como por un muro de nuestras infidelidades pasadas.
Charles de Jésus, Mon Dieu, que Vous êtes bon! (paroleetpriere.fr)
image: Sylvie Duverneuil/CIRIC (liturgie.catholique.fr)
