Una nueva fraternidad de la India se pone en marcha – Hermanos de Jesús

Thiruvannamalai es una ciudad del sur de la India y un gran centro de peregrinaciones a la “Montaña de la luz” cerca de la cual se encuentra uno de los grandes templos dedicados a Shiva. Es una ciudad mayoritariamente Hindú aunque, en las proximidades de la ciudad, desde
hace cuarenta años se ha asentado una pequeña comunidad católica compuesta de cristianos de origen dalit, además de una comunidad luterana más antigua. Los hermanos se establecieron allí hace un año y Anand nos describe su nuevo ambiente de vida y sus compromisos.
Queridos hermanos:
Desde hace varios días estoy bloqueado con una ciática, sin poder
agacharme y con mucho dolor para ponerme en pie y con dificultad para
levantarme por la mañana de la cama.
Estuve en Bangalore para unos trámites, sólo un ida y vuelta de tres
días porque se iba a celebrar el festival hindú en el pueblo y estaba invitado por mis compañeros dalits1
. Volví agotado (también debido al calor, 40 grados) y llegando quise limpiar delante de casa, hice un
movimiento en falso y ¡hop! un lumbago. Al día siguiente hice 80
km en moto y luego fui a ver a Shanti. Y al despertarme me
encontré bloqueado en la cama, imposible levantarme.
Aprovecho el estar tranquilo a la fuerza, para escribiros.
De repente me he dado cuenta de la belleza de los gestos cotidianos, el hecho de no poder hacer algunas posturas me ha hecho tomar conciencia de todos los movimientos que hacemos
sin darnos cuenta; de la hermosa armonía de los gestos cotidianos.
Los vecinos, los amigos se ríen de mí, yo curo a los demás con
masajes, con sesiones de acupuntura, etc. y no soy capaz de curarme a mí mismo. Acabo de curar a la vecina que se cayó de un taburete y se hizo daño en la planta del pie, no podía apoyarlo
en el suelo, sufría desde hacía un mes y en dos días llegué a reducirle su dolor y ahora camina normalmente.
Nuestra nueva fraternidad pronto cumplirá un año, Xavier y Visu llegaron a Tiruvannamalai el pasado junio y al barrio donde estamos en agosto. Nuestra casa se encuentra a 10 minutos a pie de la parroquia.
Nuestro barrio es nuevo y también la parroquia es bastante nueva, un misionero italiano
salesiano la creó hace unos cuarenta años. Invitó a los cristianos de los pueblos vecinos a
instalarse y a vivir en Tiruvannamalai para crear una nueva comu nidad cristiana.
Tiruvanamalai es una ciudad hindú tradicional, con ashrams y
templos, cada mes de luna llena, miles de peregrinos vienen al
gran templo dedicado a Shiva y caminan durante la noche 16 km, alrededor de la montaña sagrada. Arunachala es una montaña dedicada a la luz así como el templo (el 10 de mayo será
luna llena, el gobierno de Tamil Nadu pondrá a disposición más
de 2.000 autobuses que harán al menos tres viajes de ida y vuelta, sin contar los autobuses privados, coches, motos, etc.) Este templo se encuentra a unos 40 minutos a pie de la fraternidad.
Una ciudad grande con mayoría hindú. Existe también una comunidad protestante luterana que es mucho más antigua que nuestra parroquia y que ha hecho mucho por la ciudad; tienen
una reputada escuela y muchas personas de Tiruvannamalai estudiaron en ella. También hay una comunidad musulmana que es bastante importante.
Volviendo a nuestro barrio, el misionero italiano compró terrenos e invitó a los cristianos de los pueblos vecin0s a instalarse; son casi todos maestros, funcionarios… que vinieron a instalarse aquí, la mayoría son dalits y pudieron educar a sus hijos que ahora ocupan puestos de trabajo bastante buenos en la enseñanza, funcionarios, empleados de banca, militares, abogados…
Desde hace algún tiempo voy descubriendo a los jóvenes que encuentro por el barrio o en su entrada y también detrás de nuestra casa, ya que vienen a jugar al cricket o al voleibol, hay
también familias dalits hindúes que se han ido instalando poco a poco, desde hace 30 años, desplazándose de la gran colonia dalit que se encuentra situada entre la estación de autobuses, la estación del tren y la iglesia luterana; esta comunidad dalit hindú se las arregla y crece, pero ella no está a la altura del estándar de vida de la comunidad cristiana y de las familias vecinas nuestras. Esta pequeña colonia se encuentra encajonada entre el convento de unas monjas, los grandes almacenes que se encuentran en la carretera y nuestro barrio.
Nuestra casa se encuentra al final de la calle principal sobre terrenos que están en venta o vendidos ya para la construcción. Por el momento es muy tranquila, la casa es amplia y agradable
y por detrás de la casa hay espacio para poder andar por la mañana y por la tarde. Hay también un lago pequeño muy cerca, lugar muy agradable para pasear. Seguramente tendremos que
dejar esta casa ya que está en venta, pronto tendremos que empezar a buscar otro lugar.
Nuestra pequeña fraternidad, la comenzamos realmente a tres, a finales del pasado junio. Visu dejó su trabajo en Gingee donde trabajaba en una escuela y se ocupaba de estudiantes
que tenían problemas de visión o sordera. Eran chavales que estudiaban en una escuela normal y tenían necesidad de acompañamiento y ayuda, el trabajo de Visu consistía en acompañarlos. Ahora está jubilado. Desde enero hasta julio tomó un tiempo sabático; no había hecho el año de desierto. Hace retiros acompañados que duran casi un mes. Espero que nos comparta sus vivencias de esos 6 meses. A su regreso le gustaría sin duda alguna, encontrar una ocupación, seguramente la encontrará
con la experiencia que tiene con los discapacitados. Puede ser de gran ayuda para los niños y niñas que tienen dificultades en los estudios.
Aquí la ciudad es pequeña y no hay muchas oportunidades de trabajo. De momento Xavier trabaja en una ONG, que está bajo la responsabilidad de nuestro amigo Rosario. Va a visitar una vez
por semana un pequeño centro, un pensionado que Rosario creó para los niños y niñas de los pueblos tribales. Este centro se encuentra a 60 km de Tiruvannamalai en la montaña, él va a ver
a la persona encargada, ve las necesidades del centro y también visita algunos pueblos donde hay pequeños centros nocturnos para ayudar a estudiar a los niños. Si no, está en el centro que se encuentra a 15 km de Tiruvannamalai, donde se ocupa de un programa para las personas mayores Dalits.
Respecto a mí, también busqué una ocupación, estando al principio solo en el barrio. La gente va a trabajar y la mayoría de las casas están cerradas. Personalmente esto lo vivía mal. Un amigo que tiene dos centros para niños con lesiones cerebrales me hizo una propuesta. Participo en las actividades del centro
tres veces por semana, intento transmitir y enseñar mis conocimientos adquiridos durante los años pasados en Alampoondi. Este centro se encuentra a 16 km de Tiruvannamalai.
Una vez por semana voy a Gingee. Albert un amigo que vive en nuestra antigua casa de Alampoondi retomó una parte del proyecto GRRC, centro en el que yo trabajaba y me pidió ayuda
para desarrollar este proyecto. Ha contratado a dos personas.
Cuando voy a Gingee tengo ocasión de volver a ver a amigos y de pararme de vez en cuando en Alampoondi. Generalmente tengo un largo fin de semana, viernes, sábado y domingo libres, esto me equilibra y también me siento libre para cogerme cuando quiero algún día, puesto que es casi como un voluntariado lo que hago. Me pagan muy poco. Así es como pude ir a Bangalore
o me deja disponible también para cualquier otra necesidad.
Me gustaría daros noticias de Shanti que se encuentra a 45 km de Tiruvannamalai, en Chetpet. Tiene una habitación en St. Thomas Hospital, que está bajo el patrocinio de un instituto secular de origen alemán. Puede sentarse solo en la cama y poco a poco llega a sentarse en su silla, pero la mayor parte del tiempo
permanece acostado. Durante mi última visita me dijo que estaba harto y que pide todos los días al Señor que se lo lleve. Intentamos ir a verle una vez por semana y quedarnos un rato con él.
En adelante seguramente que tendremos que acompañarle más.
Quisiera hablaros sobre nuestra parroquia, intentamos integrarnos poco a poco, pero esto no nos es fácil, nuestro estilo de vida no lo entienden, la gente espera que estemos al servicio de
la Iglesia, no tenemos institución. La parroquia es muy tradicional, empezando por el cura, personalmente me cuesta mucho situarme después de haber vivido 23 años en Alampoondi viviendo en un ambiente hindú; creo que estábamos mucho más libres. (Tienen en mente a este misionero italiano que hizo mucho por esta parroquia y viendo un hermano de piel blanca, inconscientemente tienen expectativas). Pero mis hermanos tienen el deseo de estar cercanos a la comunidad cristiana y esto es legítimo. Necesitaremos tiempo para seguir siendo nosotros mismos con nuestro carisma y al mismo tiempo estar presentes
en la parroquia de una forma positiva y constructiva. Esto será sobre todo el trabajo de Visu y Xavier, ellos deberán encontrar el camino.
Y termino, el diario ya es bastante largo. Con toda mi fraterna amistad para cada uno y quiero deciros que leo siempre con gran interés vuestros diarios.

(1) El sistema jerárquico de castas, en el hinduismo, ponía de lado a los “fuera de
casta”, a quienes se les reservaban los trabajos considerados como impuros y
cuyo contacto había que evitar. Antaño se les conocía como “parias” o “intocables”, pero el término empleado comúnmente hoy es el de “dalit” (palabra que se han dado ellos mismos y que significa “los oprimidos”). Incluso si la Constitución de la India de después de la independencia instauró la igualdad
ante la ley e incluso si un buen número de dalits han tenido acceso a la educación y a puestos importantes (ministros e incluso presidentes de la república), los dalits siguen siendo hoy víctimas de una mirada negativa y muchos de ellos hacen parte de las capas más pobres de la sociedad india.
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