
Antoine CHATELARD, Carlos de Foucauld. El camino de Tamanrasset, San Pablo, Madrid 2003, 342 pp., 14 x 22, ISBN 84-285-2528-5.
Antoine Chatelard, Hermanito de Jesús, reside en Tamanrasset (Argelia) desde 1954, por lo que no sólo es un gran conocedor intelectual de la figura y la obra de Carlos de Foucauld, sino que también tiene su experiencia de campo. El origen de esta biografía es un cursillo celebrado en Lyon, del 26 de julio al 2 de agosto de 1998, para la Fraternidad Carlos de Foucauld.
Aunque existen ya muchas biografías, la novedad que aporta ésta es resultado de una aproximación a la vida y escritos del personaje a partir de momentos concretos de su existencia. Así se pretende describir de alguna manera todo el itinerario interior de su espiritualidad. En cada etapa se puede descubrir una nueva dimensión de humanidad y de santidad. <<Nos hemos limitado a algunos momentos de esta vida sin ocultar las evoluciones y cambios de orientación. Estos cambios tienen siempre su origen en un movimiento interior o en un impulso profundo suscitando un vivo deseo que se convierte en deber>> (p. 9).
Este fijarse en los momentos significativos de su vida y el uso de pasajes íntimos de los escritos de Foucauld –principalmente de su correspondencia con el P. Huvelin– nos permite conocerle desde su mundo interior. Sin duda esta visión depende mucho del punto de vista propio de Chatelard, pero está avalada por su profundo conocimiento del Hermano Carlos y de su experiencia. Se pone muy bien de relieve la particular personalidad de Foucauld, que podemos tildar de excepcional. Tanto su personalidad como su vocación lo llevan a explorar el desierto de Marruecos y peregrinar a Tierra Santa, a vivir en Akbès, en Nazaret, en Benni-Abbés, Hoggar y finalmente en Tamanrasset.
El objetivo que dirige su vida a partir de la conversión es el deseo apasionado de imitar a Cristo. Además, vamos comprobando cómo todo el itinerario de su vida y su vocación (trapense, ermitaño, sacerdote) está marcado por una visión peculiar del misterio de Jesucristo. En concreto por su forma de entender la vida escondida de Jesús en Nazaret. <<Si hay una palabra que pueda expresar su mensaje es ese nombre de Nazaret, con todo lo que contiene de realismo histórico, de enseñanza teológica y de ideal místico. Es una llamada a vivir un amor apasionado por la persona de Jesús en las situaciones más ordinarias de la vida de los hombres, y en las más extraordinarias, a ejemplo del mismo Jesús>> (p. 304).
Pero, ¿desde qué perspectiva entiende Foucauld la vida oculta de Cristo? <<Dios vivió treinta años en ese pueblo de Nazaret sin que nadie lo reconociese: ¡qué vida tan escondida!, ¡qué vida tan oscura!, ¡qué abajamiento!>> (p. 274). Jesucristo <<en toda su vida, hasta su muerte, sigue siendo Jesús de Nazaret. El hermano Carlos ha dado valor a este aspecto insistiendo sobre la oscuridad, el incógnito del Verbo Encarnado, que durante los treinta años de Nazaret fue a los ojos de todos uno de tantos. Lo oculto de su vida era su relación única con el Padre, su ser divino, es decir, lo esencial>> (p. 286). La palabra <<oscuridad>>, tal como la contempla en la vida de Cristo, está <<en el centro de su carisma>> (p. 279), como un aspecto de su vocación personal que le diferencia de otras vocaciones. El Hermano Carlos, a través de una vida escondida, de amor a Dios y al prójimo, en un medio no-cristiano, pretende conseguir la conversión de los que le rodean. Más a través del ejemplo de caridad que por la palabra. De ahí que pueda describírsele como una <<nueva especie de monje en misión especial>> (pp. 273-290).
En definitiva, nos encontramos con una buena biografía de Carlos de Foucauld, beatificado en 2005, que permite introducirnos en su experiencia interior y en la comprensión de su mensaje particular.
Marti, Pablo
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