


San Juan de la Cruz y santa Teresa de Ávila fueron los dos grandes místicos que inspiraron la espiritualidad de Carlos de Foucauld.
Carlos de Foucauld amó la lectura de algunos escritos de su época. Un artículo titulado «Comment aimer Dieu?» («¿Cómo amar a Dios?») aparecido en Excelsior lo inspiró profundamente. Foucauld buscó persistentemente al autor de ese artículo, Antoine Crozier, un sacerdote estigmatizado,que se convirtió en su amigo y que le influyó en la creación de una cofradía del Sagrado Corazón.
Carlos de Foucauld trasladó desde Roma la Summa Theologiae de santo Tomás de Aquino y se impregnó sobre todo de la lectura de los grandes autores místicos cristianos, particularmente santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. El 8 de marzo de 1898 dijo a su director que había leído a santa Teresa de Jesús diez veces en diez años. La lectura de la obra de Teresa de Jesús lo condujo a los escritos de Juan de la Cruz. Carlos terminó de leer la obra completa del gran místico español en octubre de 1898 y en lo sucesivo volvería a ella y aconsejaría a menudo su lectura. En marzo de 1898 comenzó la lectura de san Juan Crisóstomo por recomendación reiterada de Huvelin en 1897, y se serviría de ella para nutrir su meditación de la Biblia, como señala René Bazin en la página 214 de su obra. Entre sus lecturas se encuentran también algunos libros de importancia menor, como Jésus adolescent, obra del canónigo Max Caron, uno de sus amigos, o Les quatre évangiles en un seul, del canónigo Alfred Weber. Desde su conversión, Carlos de Foucauld leyó obras de los Padres del desierto: el libro Vies des Pères du Désert fue decisivo en 1887, cuando buscaba la orden más apropiada para él. Un texto corto, el Modèle Unique (Modelo único), resume la espiritualidad de Carlos de Foucauld: el Evangelio, el Sagrado Corazón de Jesús y la Santa Faz de Jesús.
Fuente: Wikipedia
