¿Qué fuiste a ver al desierto? Por Carlos de Foucauld

Es necesario pasar por el desierto y permanecer en él para recibir la gracia de Dios:

es en el desierto donde uno se vacía y se desprende de todo lo que no es Dios, y donde se vacía completamente la casita de nuestra alma para dejar todo el sitio a Dios solo.

Los hebreos pasaron por el desierto, Moisés vivió en él antes de recibir su misión, san Pablo al salir de Damasco fue a pasar tres años en Arabia, vuestro patrón San Jerónimo y San Juan Crisóstomo se prepararon también en el desierto.

Es indispensable.

Es un tiempo de gracia.

Es un período por el que tiene que pasar necesariamente toda alma que quiera dar fruto;

es necesario este silencio, este recogimiento, este olvido de todo lo creado, en medio de los cuales Dios establece en el alma su reino, y forma en ella el espíritu interior, la vida íntima con Dios, la conversación del alma con Dios en la fe, la esperanza y la caridad.

[…] y es en la soledad, en esta vida a solas con solo Dios, en el recogimiento profundo del alma que olvida todo lo creado para vivir sólo en unión con Dios, donde Dios se da todo entero a quien se da todo entero a Él+.[…]

Carta al P. Jerónimo. [Nazaret] Lunes después de la Ascensión [19 mayo 1898].

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