LOUIS MASSIGNON Y EL NACIMIENTO DE LAS FRATERNIDADES

1. Louis Massignon un islamista comprometido con su tiempo

Louis Massignon (1883-1962) ha sido uno de los más excepcionales espíritus de la sabiduría contemporánea. Y no sólo por figurar entre los grandes islamólogos del siglo XX, de los que es el más respetuoso y fiel hacia el Islam, sino también por su magisterio crucial en el que integra razón y vida, conocimientos y acción moral. Así, toda su trayectoria vital se proyectó en una sabiduría práctica a favor de los humillados, los olvidados y los expoliados. Profesor en el colegio de Francia; director de estudios de ciencias religiosas en la Escuela Práctica de Altos Estudios de París; director de diversas publicaciones; fundador de varias asociaciones y comités; profesor gratuito de los emigrantes magrebíes en París; miembro de todas las Academias de la lengua de los países árabes y de múltiples Academias europeas; participante asiduo de los coloquios «Eranos» de ciencias religiosas promovidos por Jung, presidente del Instituto de Estudios Iranios; su prolífica obra escrita se distribuye en pocos libros y amplias recopilaciones: Tableau geograpbique du Maroc dans les quin ze premiéres années du xv siécle daprés Léon L’Africain (1906), La Passion d’AI-Hallaj (1922), Essai sur les origines du lexique technique de la mystique en pays d’lslam (1922), Recueil de textes inédits (1929 ), Parole donnée (1962) y Opera minora (1969). Pero lo que ahora queremos subrayar es que sin la fuerza inquebrantable de este hombre por mantener la obra y el carisma de Carlos de Foucauld, hoy no existiría la cofradía-asociación eclesial que el mismo Foucauld fundó, La Unión de hermanos y hermanas de Jesús, Sodalidad Carlos de Foucauld, ni su familia espiritual, como ahora vamos a mostrar.

           La vida de Louis Massignon estuvo unida a los problemas políticos del Cercano Oriente, a los de su país y, de una manera especial, a los dramas de Marruecos y Argelia. Luis Massignon es un hombre de “tienda grande”. Al final de su vida lo llamarán el “Cheikh admirable”, en recuerdo del Doctor admirable, el gran teólogo y filósofo catalán del siglo XIII, Raimundo Lull. En Francia, un círculo de iniciados, y hasta discípulos, queda profundamente marcado por su genio singular. En Oriente, en África del Norte, su recuerdo se mantiene vivo entre ciertos eruditos; de Pakistán a Marruecos se sabe que el profesor Massignon fue un maestro y un guía. Pero, a pesar de todo, entre nosotros sigue siendo casi desconocido1.

Massignon fue un gran orientalista en una época en que esta disciplina era todavía relativamente desconocida. Algunos no han dudado en calificar a Massignon de santo. Pero no queremos hacer hagiografía, pues, aún admitiendo que se probase su santidad, el término sin duda le hubiese parecido inapropiado, pues tenía horror a la “bonachonería”2. Massignon parece escapar a todas las categorías, por su genialidad, pero también y sobre todo por sus paradojas, sus vacilaciones, las contradicciones entre el hombre público y el hombre privado. Su gran obra, esa extraordinaria Pasión del sufí musulmán Hallaj3, que llevó sobre él durante toda su vida, tras haber hecho de ella el tema de su tesis doctoral, corrigiéndola sin cesar, es en gran parte una biografía. Massignon afirmaba “que la ciencia fallaba en lo esencial si no entrañaba amor, o al menos, simpatía”. Massignon fue también, ante todo, un formidable erudito, un buscador infatigable, un verdadero arqueólogo del conocimiento, al acecho de los menores detalles, filtrándose por los menores entresijos para apoyar algunos de sus hallazgos; todo un saber que serviría para despertar a los difuntos y hacérnoslos presentes, lo que ha hecho de la Pasión de Hallâj un trabajo sin equivalente.

Massignon nos da testimonio, en primer lugar, de una vida completamente introducida en otra cultura. A los veinticinco años, siendo increyente como el explorador de Marruecos Carlos de Foucauld, marcha a Egipto y a Bagdad con el deseo de comprender el Islam. Estas experiencias cambiarán las perspectivas de miras de ambos, pues comprenderán enseguida que nunca se puede poner uno completamente en el lugar del otro, y que en vez de intentar poseer al otro, hay que compartir humildemente la vida. Como el mismo Massignon dirá, «la auténtica sabiduría que podemos desear es la humildad y ésta no tiene límites«. Massignon acogía a todos los hermanos, especialmente los más necesitados, como”seres únicos en el mundo”. Había sido marcado por Foucauld, que fue para él, según dijo en 1959, «como un hermano mayor y que le había hecho encontrar en todos los seres humanos, comenzando por los más abandonados, sus hermanos«.

Massignon, que fue presidente de los Amigos de Gandhi en Francia y precursor de los “métodos de la no-violencia activa”, hablaba de la “compasión”, capacidad de vivir al otro lo más profundamente posible, como de una «ciencia experimental» que tiene un método preciso y verificable. Para él, «el compartir la vida de los más humildes» es una ciencia. El método lo llamaba «descentramiento«. Se trata de ponerse en el lugar del otro, en el centro mismo de éste. Y la verificación de esta ciencia consiste en ver si hemos operado una «liberación» en la vida de los demás, en consonancia a la descripción que se hace en los Hechos de los Apóstoles sobre Jesús de Nazaret, que «pasó haciendo el bien«. En cuanto a su obra literaria, Massignon no fue un erudito de cámara. Intentó acercarse al Islam directamente y desde dentro. Su trabajo científico contribuyó a cambiar la manera de abordar la cultura islámica.

Massignon fue un profeta para nuestro tiempo porque «tenía un sentido de las realidades ocultas«. Algunos meses antes de su muerte, Massignon escribirá a un amigo sacerdote diciéndole «la gran deuda que tenía con Gandhi por haberle hecho comprender la ‘no-violencia de Jesús’«. Massignon comprendió que los métodos misioneros, incluso los más modernos y sutiles, se oponen al método no-violento de Jesús, que proponía sin imponer y no utilizaba la acción psicológica. Se trata de reconocer al otro tal como es y de no tratar de imponerse. Esta no-violencia pide una extrema fuerza interior, pues se verifica en el hecho de considerar al otro como un ser responsable al que se le pueden asignar tareas. Massignon criticaba ferozmente los métodos proselitistas pues veía una violación y especialmente una violación de los más pobres, de los corazones de niño con los que uno fácilmente puede abusar.

Otro aspecto en el que Massignon nos habla hoy como profeta, es decir, contra corriente, es este: Massignon es un solitario, un “eremita”, en una época en la que nada más se habla de comunidad y de colectivos. Jesús fue al desierto, buscó la soledad, no para huir de sus responsabilidades, sino para poder afrontar mejor los demonios más profundos, que son el deseo de dominio, la demagogia, los medios de presión y toda clase de seducción. Massignon se introdujo por el camino de la “soledad creadora” gracias a la figura luminosa de Hallaj mártir místico del Islam. Éste no fue ortodoxo para nadie, pues habiendo conseguido una gran libertad interior, vivió la hospitalidad a ultranza, no respetando las reglas del clan y del grupo, que exigían defender de entrada a los miembros y los dogmas del grupo, defendiéndose del extranjero y de toda contaminación.

Massignon era un apasionado por el mundo del Islam y soñaba en la reconciliación entre todas las Religiones del Libro. Por eso, Louis Massignon, en 1961, en la revista Notre-Dame d’Ephèse decía: «Éfeso4 debe llegar a ser, antes de la reunión final en Jerusalén, para todos los grupos cristianos y musulmanes, el lugar de la reconciliación en «Hazrat Meryem Ana» (Nuestra Madre, en turco), esperando que Israel, reconociéndola finalmente como la gloria de Sión, reúna esta unanimidad tan deseada». ¿Por qué Efeso?, por ser el lugar según la tradición donde se encuentra la “Casa de la Virgen” La Casa de la Virgen, en Efeso, en tanto que santuario, es el lugar de un encuentro excepcional entre los cristianos y los musulmanes, «en el que los Católicos celebran la misa, mientras que los Musulmanes oran en la habitación adyacente; los diversos ex-votos muestran que la Virgen otorga milagros tanto a unos como a otros». Pero también de manera simbólica, ella prefigura la unanimidad de todos los Ahl al-Kitab, de todas las Gentes del Libro.

2. Louis Massignon, el eslabón perdido entre Carlos de Foucauld y el nacimiento de las Fraternidades

Foucauld no era una persona ágil, ni cambiaba fácilmente de punto de vista. Las transformaciones que va realizando a lo largo de su vida son debidas principalmente a la necesidad. Carlos de Foucauld ha ido aprendiendo, a partir de 1913, que lo esencial es expresar lo más sencillamente posible la finalidad de la obra, por eso todo su esfuerzo consistirá en “simplificar”. Foucauld sabe que hay que transformar la estructura y los últimos estatutos de julio 1916. El 31 de julio de 1916 escribe a su prima diciéndole que trabaja en presentar el conjunto «simplificando y abreviando los estatutos, modificando completamente la organización«. Así, en el momento que le llegó la muerte Foucauld no había encontrado la forma de su asociación, pero si el fondo: el amor total hacia Cristo y el Evangelio.            El propio Luis Massignon explica en una carta enviada el 12 de mayo 1959 a Jean François Six, lo siguiente: «Cuando llegué a París con permiso el viernes 16 de febrero de 1917, al día siguiente, fui a ver a mi director, el padre Luis Poulin, párroco de la Trinité, para comunicarle mi deseo de continuar la Asociación Foucauld5 (él había firmado mi adhesión el 15-10-1913). Pasando por Roma el 14 de febrero visité a los Padres Blancos y, el mismo día, visité a Henry de Castries. El 21 de febrero visité al padre Laurin y lo convencí para que me ayude; me envió el 28 de febrero a Issy el texto del Directorio de Carlos de Foucauld, que tenía para mí desde hace tres años; y a partir de las cartas intercambiadas con Mns. Bonnet y Mns. Livinhac, hemos visitado a Mns. Le Roy, calle Lhomond, y le hemos dado los documentos sobre la Asociación Foucauld. Después de examinarlos, Mns. Le Roy me ha dicho: esta obra es de Dios, y que se ocupará de ella; tienes el imprimatur (si publicas; cosa que hice en El Cairo); pero esta obra no se puede organizar más que cuando llegue la paz, después de la publicación de una ‘biografía’ de tu amigo; encuentra un biógrafo. Cuando volvía a casa, recé y encontré la carta que Foucauld me había enviado el 11-4-16: ‘El Sr. René Bazin, sus pensamientos están en gran armonía con los míos’ (R. B. me dijo que entre ellos dos tan sólo hubo un intercambio epistolar). Por esto, obedeciendo a Mns. Le Roy fui a visitar a René Bazin para decirle simplemente que deseaba que fuese él el biógrafo de Carlos de Foucauld – A lo que R. B. me dijo: ¿Desea que sea yo? – Entonces le comenté la carta ( de C. de F. a R. B.)”.

Massignon, para poder continuar la obra de Foucauld, tiene el recuerdo preciso de algunos encuentros y conversaciones breves, con Foucauld; tiene sobre todo entre las manos el texto del Directorio y las 80 cartas que recibió de él, cartas que leerá y releerá toda su vida, que no cesará de nutrirse, que citará en los momentos importantes de su existencia como momentos esenciales. Ahora que Foucauld está muerto, percibe más aún lo que era para él: no exactamente un director espiritual, sino un “hermano mayor”; al final de su vida retomará este significado: Foucauld ha sido para él «este hermano mayor» que lo ha conducido por los caminos de la mística, que lo ha ayudado en la búsqueda de una vocación propia con un inmenso respeto. Cuando Massignon con su director se decide por el matrimonio, Foucauld, que hubiese querido verlo sacerdote y junto a él sin reserva, tiene palabras fraternas y justas y le dice a Massignon que es una “admirable vocación”. Lo esencial para Foucauld es la vocación de bautizado; la llamada a la vida religiosa no es un signo de superioridad. No existen pues dos clases: los sacerdotes y los laicos, los religiosos y las personas casadas, con la idea de que sólo los primeros son los que aman a Dios “de todo corazón”, mientras que los segundos tendrían un amor mediocre: se puede amar al “Bien amado” en el matrimonio y fuera del matrimonio. Y el Directorio, que es un manual de perfección, está destinado tanto a los laicos como a los sacerdotes y religiosos.           

Mientras tanto, se encuentra Massignon entre los papeles de Foucauld los Estatutos simplificados de su Asociación, con fecha de 1916, aprobados por Mns. Bonnet. El padre Voillard se lo comunica al padre Laurain el 2 de octubre de 1918: «Es su texto que fue retomado para la Asociación Foucauld, después de su reorganización en París, aprobada por el cardenal Amette el 10 de septiembre 1919«6. Aprobación intermedia: «El ensayo puede intentarse» dijo el arzobispo de París.            El breve texto de ocho páginas que se publicó7 como presentación de la Asociación llevaba por título Unión apostólica. Era el título principal, debajo en pequeños caracteres: «Para la conversión de los infieles de las colonias francesas«.            En el plano religioso, este texto podría comparar a la Unión apostólica con la obra de la Propagación de la fe8, si bien hay una preocupación mayor por promover en las almas una mayor vida espiritual.

El viernes santo de 1920, Massignon pasa en Paray-le Monial una terrible angustia pensando en el testamento espiritual no realizado por el padre Foucauld. Massignon se siente heredero y continuador de la obra de Foucauld. El año 1922, publica un artículo sobre la Unión9 que consta de dos partes: Carlos de Foucauld y La Unión de oraciones. En la primera parte se remite, en primer lugar, al libro de R. Bazin10 y evoca la muerte de Foucauld. Después, aborda los diferentes aspectos de la vida espiritual de Foucauld. Habla de “la cruz” y evoca el “espíritu de oración”, señalando la fuerza del desierto sobre Foucauld; “su inmenso amor por las almas” y la extrema bondad inventiva de Foucauld. En la segunda parte, presenta la fundación que el padre Foucauld pretendía durante los últimos años de su vida. Se trata de los Estatutos y de un Directorio dados a la “cofradía de cooperadores, a la Unión que él pedía a Dios fundar; para extender y perpetuar la urgente y abrumadora obra de apostolado en la que sucumbió el 1º de diciembre de 1916. Para Massignon la nota distintiva de la Unión es un espíritu de fraternidad en el Corazón de Jesús. Prácticamente es “una organización que combina vida interior y trabajo de apostolado”. ¿Qué apostolado? Un “apostolado indirecto”, subraya Massignon refiriéndose al Directorio: el apostolado de la amistad que evita toda presión y que no suscita ni desconfianza ni antipatía. En conclusión: Lo que la Unión ofrece a toda alma de buena voluntad, es un simple consejo discreto y humilde. No es más que un consejo, pero es el consejo de las bienaventuranzas. Pues Foucauld cada vez más quería que el Directorio tuviese el simple carácter de consejos. 

Ocho años después de la publicación del Directorio, Luis Massignon acepta reunir «un grupo de miembros de la Asociación Foucauld resueltos a practicar el Directorio como regla de vida«. El 15 de mayo de 1938 tiene la aprobación del canónigo Dupin, presidente de la Asociación. Este le declara que bendice este proyecto de un «grupo más ferviente en el interior de la Asociación.11. En este grupo hay sacerdotes como el padre Gérin, de la diócesis de París; el hermano de Marc, hermanito de Jesús, y el padre Abdeljalil, franciscano, musulmán marroquí convertido al cristianismo, así como cuatro laicos; para estos el compromiso entorno al Directorio era importante.

Aquellos y aquellas que Massignon llamaría, en 1961, «los antiguos amigos del Directorio primitivo” y que se pueden llamar el “grupo primero, primitivo, del Directorio”, tienen al final de su vida, una importancia capital: es “el pequeño resto” que con él, alrededor de él, han velado por el “mantenimiento” del Directorio, dicho de otra manera, la exacta fidelidad con el mensaje del padre Foucauld. Tenía Massignon, en los últimos años, una secreta y profunda alegría en señalar que gracias a éste grupo, esta “sodalidad” tan humilde, tan perdida, se había podido continuar en la noche como la pequeña llama foucouldiana.

  En el itinerario espiritual de Massignon ocurrió un acontecimiento importante: Al final del año 1950, año en que fue ordenado sacerdote, fue a Tamanrasset donde murió el «querido Padre«12. Se siente llamado por él a hacer este peregrinaje; y allí, en la ermita de Foucauld, pasa una noche de adoración que religa a la noche de adoración que pasó en el Sagrado Corazón en el momento de su reciente encuentro con Foucauld (noche del 21-22 febrero 1909): «Una de las últimas llamadas de Foucauld ha sido en 1950, haciéndome falta ir a Tamanrasset para completar, con mi mujer, nuestro viaje de novios interrumpido en 1914 en Touggourt (…). Allí, durante la noche del 19-20 octubre 1950, desde las 23h. a las 4h de la madrugada, he tenido mi noche de adoración con Foucauld, en su bordj, noche oscura, más cerrada que nuestra primera noche de adoración en el Sagrado Corazón en 1909: todavía más pobre. Pero como dice un proverbio árabe: ‘Dios ve subir a la hormiga negra, por la piedra negra, en la noche negra’.»Así, en mi oración unida a la suya, en mi sacrificio unido al suyo, he presentado esta masa de creyentes musulmanes por los que murió, para quienes desde hace cincuenta años, mi vida es fraternalmente entregada; para quienes mi vida ha sido violentamente tomada«13.

  El desarrollo del conjunto de las congregaciones y de los grupos (fraternidades religiosas, sacerdotales, laicas…) surgidas del padre Foucauld, lleva a los responsables de estos movimientos, alrededor del año 1950, a desear reorganizar la Asociación. Se reúnen en Beni-Abbés del 14 al 21 noviembre 1955 para “hacer que el espíritu que animaba a Carlos de Foucauld continúe viviendo en la Iglesia para los hombres de hoy”. Mns. Charles de Provenchères, arzobispo de Aix-en-Provnce, es elegido quinto presidente de la Asociación Carlos-de-Jesús, Padre de Foucauld. Massignon participa en la asamblea de Beni-Abbés. Escribe a Mary Kahil, el 21 noviembre 1955: «Tú recuerdas como este año he sufrido por la omisión de mi rol de heredero de Foucauld, de editor de su Directorio. He sentido que la enseñanza, el pensamiento primitivo de Foucauld peligraban de ser modernizados por los organizadores que tienen toda la confianza del Vaticano». Añade en esta misma carta: «Nuestras oraciones después del bordj de Tamanrasset, han tenido resultados: estos diez últimos años, en unión constante de oración, de plena badaliya14, me han emblanquecido, envejecido, por el duro amor de una muerte en pleno testimonio.«15.

  En Beni-Abbés, representa el pequeño grupo de aquellos y aquellas que no han cesado de reunirse alrededor del Directorio y da a este grupo el nombre de Sodalidad del Directorio. Sodalidad es reconocida por el conjunto de los demás grupos que forman la Asociación, Massignon señala, no obstante, su anterioridad a todos los demás grupos: estos han nacido después de la muerte de Foucauld, escribe, «esta sodalidad nació viviendo el hermano Carlos de Foucauld«16. Y remonta este nacimiento al momento en que él, Massignon, ha dicho «Si» a Carlos de Foucauld; pues, para él, esta sodalidad existe «después de una noche de adoración pasada juntos en el Sagrado Corazón de Montmatre, el 22 de febrero de 1909.”17. Respondió entonces a una primera llamada de Foucauld y continuó siendo fiel a esta llamada. Si no fue con él al desierto al casarse, se comprometió en hacer existir el pensamiento y el corazón de Foucauld, acompañándolo siempre.

Después de la muerte de Foucauld aquellos y aquellas que captan el mensaje de fuego de Foucauld y desean vivirlo, van a ver a Luis Massignon para pedirle consejo; numerosos lectores de Bazin se interesan por los diversos proyectos de Foucauld y sobre las reglas que había escrito para los Hermanos y Hermanas que quería fundar, se dirigen a Massignon. Sorprende que el primer grupo que surge del padre Foucauld bajo la guía de Suzanne Garde, el Grupo Carlos de Foucauld, sea una fundación que quiera ser estrictamente laica, cosa que en aquel momento, 1923, era una apuesta revolucionaria. La primera congregación religiosa nacida del padre Foucauld fue las Hermanas del Sagrado Corazón, fundada por una viuda de cuarenta y tres años, la Sra. Macoir-Capart, que habiendo leído a René Bazin y después de la muerte de su marido en 1928, quiere poner en práctica la regla indicada por Foucauld en una congregación femenina. El 8 de septiembre de 1937, el padre René Voillaume, que también se había encontrado con Massignon, tomó el hábito, con otros cuatro compañeros, en la basílica de Montmartre. Dejan París hacia El Abiodh Sidi Cheikh, en el Sur argelino, donde establecen su fraternidad. Al principio se denominan Petits Frères de la Solitude y pronto se llamarán Petits Frères de Jesús. El 7 de mayo de 1947 René Voillaume fundó con tres hermanos la primera fraternidad obrera de los hermanos de Jesús en Aix-en-Provence. Cuatro años más tarde se publicó el libro En el corazón de las masas que sobrepasó los 100.000 ejemplares. Las Petites Soeurs de Jesús nacieron en 1939, gracias a la hermana Magdaleine de Jesús, y hoy en día hay repartidas por todo el mundo trescientas veintiuna fraternidades de hermanas, manifestando el amor gratuito de Dios a través de la amistad y la solidaridad. Años más tarde, en 1956 el propio René Voillaume fundó los Hermanitos del Evangelio, siendo aprobadas las constituciones actuales en 1986.

En 1917 Luis Massignon hizo editar el Directorio (texto de 1909 y adiciones de 1913 del hermano Carlos) en el Instituto Francés de El Cairo y en 1928 y 1933 en París. El año 1957, René Voillaume, fundador de los hermanos de Jesús y del Evangelio, lo adaptó para el uso de las Fraternidades seculares del hermano Carlos de Foucauld. Así se puede decir que Luis Massignon es un eslabón esencial entre su amigo Foucauld y los distintos grupos que surgieron veinte años después de su muerte. Hoy en día la Asociación Carlos de Foucauld reúne a un numeroso número de familias que se dicen y son discípulos del hermano Carlos de Foucauld. Además de las ya mencionadas, hay que citar a las Hermanitas de Nazaret; los Hermanitos de la Cruz (Canadá); las Hermanitas y Hermanitos de la Encarnación (Haití); las Hermanitas del Corazón de Jesús (República Centro Africana); la Fraternidad Jesús Caritas (Instituto Secular Femenino); la Fraternidad Sacerdotal Jesús Caritas; la Fraternidad Secular Carlos de Foucauld; la Comunidad de Jesús (Asociación privada de fieles: matrimonios consagrados, célibes consagrados y laicos comprometidos); la Comunidad Jesús Caritas de Italia (Sacerdotes diocesanos en comunidad parroquial); la Fraternidad Carlos de Foucauld (Asociación de fieles: laicas con celibato); el Grupo Charles de Foucauld, otro en Vietnam y además en España han surgido la Fraternidad de Betania, la Fraternidad de Emaús, las Fraternidades de la Amistad y la Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld.


1  Cf. J. L. VÁZQUEZ BORAU, Volver a Nazaret, guiados por Carlos de Foucauld y Luis Massignon, PPC, Madrid 2004

2   Cf. C. DESTREMAU/ J. MONCELON, Louis Massignon, París 1994.

3  Cfr. L. MASSIGNON, La Pasión de Halläj, Paidós Orientalia, Barcelona 1999. Obra magistral que ayuda a conocer a aquel místico del Islam del siglo X, llamado “el crucificado de Bagdad”. Se llamaba Al-Husyn ibn Mansur. Lo crucificaron el año 992; quemaron después su cuerpo y esparcieron sus cenizas en el río Tigris.

4  Antigua ciudad de Asia Menor, puerto natural de Sardes, capital de Lidia, fundada por los griegos el año 1000 a.C.. La ciudad tenía un famoso templo consagrado a Ärtemis, diosa de la caza, hija de Zeus y Leto., que fue incendiado por Eróstrato el 356 a.C. y reconstruido rápidamente. Se le consideraba una de las siete maravillas del mundo antiguo. El año 431 fue sede de un concilio en el que se condenó la doctrina de Nestorio.

5  Hoy llamada Unión de hermanos y hermanas de Jesús-Sodalidad Carlos de Foucauld, cuyo Coordinador General es el padre J. F. SIX (127, Rue N. D. des Champú-75006 PARÍS)

6  CH. FOUCAULD, Directoire, 1a. ed., París, 1918, 122. Los Estatutos se publicaron en las págs. 123-128.

7  Impreso por A. Le Beau, Vanves.

8  La Propagación de la fe, fundada en Lyon en 1922 por Pauline Jaricot, tiene, como la Asociación Foucauld, según estaba establecida en 1919, la doble finalidad de suscitar oraciones y recoger donativos para las misiones.

9  La Vie spirituelle, febrero 1922, 362-376. Reproducido en el anexo del Directoire (ed. 1961, o. c.) 135-151 (Massignon firma este artículo con el seudónimo “L. Hovyn”, que es el nombre de su madre).

10  R. BAZIN, Charles de Foucauld, explorateur du Maroc, eremite du Sahara, Plom. París 1921

11  Cf. J. F. SIX, l’Aventure de l’amour de Dieu, Seuil, París 1991, 291-292.

11  Desde Tamanrasset escribe el 8 de octubre 1950 a Mns. Kahil (L’Hospitalité sacrée, pág. 267): «Es bueno que venga al lugar donde Foucauld me llamaba para continuar su sacrificio después de él, llegando a ser su sucesor allí donde poco antes de ser asesinado me escribía pidiendo a Dios de todo corazón que no muriese. Este corazón fue dejado aquí cuando los Padres Blancos se llevaron su cadáver para ornamentar su capilla de El-Goléa. Está enterrado allí bajo una cruz. ¿Qué he hecho yo por Foucauld desde 1916? Lo que esperaba de mí; en la noche del 18 al 19, le presentaré mi ofrenda personal por todas sus intenciones que no han cesado de ser las mías«.

13   Cconferencia en la Sorbonne 1959.

14  Unión de oraciones para llevar el Islam a Cristo

15   L. MASSIGNON, L’Hospitalité sacrée, Nouvelle cité, Paris 1987, 296.

16  Carta a C. Lacour, 12 de mayo 1951.

16  Carta a C. Lacour, 12 de marzo 1949

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