Nazaret, una manera de ser

Carlos de Foucauld en su Diario, el 11 de noviembre de 1905, ya en Tamanrasset nos da unas indicaciones válidas para nosotros allí donde la Providencia nos ha llevado a vivir. Es de notar las exigencias de encarnación que se nos piden para estar a la altura de nuestra misión.

CUADRO I – PRINCIPIOS VITALES

“Regula tu vida sobre los principios siguientes:

 I. Tú eres para siempre Hermanito del Sagrado Corazón de Jesús, en tu residencia o de viaje; en todos los momentos de tu vida sigue siempre el Reglamento lo más perfectamente posible.

 II. En las dudas sobre las decisiones a tomar, piensa:

  ‑              Qué habría hecho Jesús en Nazaret.

  ‑              Qué aconsejarías a un Hermanito del Sagrado Corazón.

  ‑ Qué es más ventajoso para la gloria de Dios, es decir, para la salvación de las almas.

  ‑              Qué te aconsejaría tu Director.

III. No mires nunca tu interés personal; busca siempre únicamente el interés de Jesús, es decir, el interés general de las almas.

IV. Vigílate y corrígete en los puntos siguientes:

  ‑             Fidelidad en todo instante al Reglamento de los Hermanitos del Sagrado Corazón.

  ‑             Ver en todo humano a Jesús.

  ‑             Humilde trabajo manual de Jesús en Nazaret.

– Con tus hermanos perdón, paciencia, esperanza ilimitada, la que tú mismo necesitas.

– Para el bien general de las almas, tienes que hablar con facilidad la lengua tuareg y facilitar su estudio a los que Jesús te envíe.

– ‑Espíritu de pobreza, procurando poseer lo menos posible para ser como Jesús en Nazaret, y para que sólo Jesús sea tu todo.

– Da a conocer poco a poco la moral cristiana y la religión natural, no con discursos largos, sino con cortas palabras, sin salir de la soledad, como María en casa de Isabel, y como Jesús en Nazaret” (Cf. Carlos de Foucauld, Obras. Espirituales, San Pablo, Madrid 1998, 137)

El 10 de junio de 1915 da este consejo a su amigo Massignon que está en el frente: “Hacer el bien por el ejemplo” y pide que pueda hacer el bien por mucho tiempo. Así fue: Massignon volvió salvo de la guerra y pudo ser el continuador de la obra emprendida por su amigo, dando a conocer su vida y su mensaje:

Que Dios le guarde en los Dardanelos, en Oriente, en cualquier lugar en que esté en esta guerra, que Él perfeccione allí cada vez más su alma por el deber de cada día santamente cumplido, por la voluntad cada vez más unida a la Suya, que Él le lleve a hacer el bien a los demás por el buen ejemplo, la bondad: que su bondad le distinga de los otros, y le reconozcan como cristiano, como muy cristiano, así como el buen ejemplo continuado. Que la sagrada familia de Nazaret, guarde su hogar. Que vuelva Vd. a él, y a hacer el bien por mucho tiempo, un bien que llegue muy lejos” (Cf. Carlos de Foucauld, Obras. Espirituales, San Pablo, Madrid 1998, 211).

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