Hta. Magdeleine y el Concilio Vaticano II + Video


El 25 de enero de 1959, último día de la semana de la unidad de los cristianos, tres meses después de su elección, el Papa Juan
XXIII celebra misa en la Basílica de San Pablo extramuros. Reúne a los 18 cardenales presentes y les anuncia que,
ante las inmensas necesidades espirituales del mundo, tomó la decisión de convocar un sínodo diocesano para
la Iglesia de Roma y un Concilio Ecuménico para la Iglesia universal.
La hermana Magdeleine acogió esta noticia con gran alegría. Ella anotó en su diario:
Es un día histórico y las Hermanitas que lo viven en Roma se encuentran entre los privilegiados …
Al fundar la Fraternidad de las Hermanitas de Jesús en 1939, la Hermana Magdeleine abrió una nueva
manera de vivir la vida religiosa en medio de los más pobres y sin tener en cuenta las diferencias de creencias,
religión y cultura. Durante sus viajes para fundaciones en todo el mundo, ha entablado amistades con
los obispos de los países donde se ha establecido la Fraternidad.
1950- En Nazaret con Mg Hakim
1953- Con amigos Musulmanes en Asekrem
Ya en 1956, la hermana Magdeleine cruzó el Telón de Acero de los países de Europa del Este. En Polonia había podido
conocer a ciertos obispos, incluido el cardenal Wyszynski.
Durante sus reuniones en todo el mundo, la hermana Magdeleine sintió claramente las preguntas y el deseo de
cambio dentro de la Iglesia: deseo de llegar a los más pobres, especialmente en América del Sur, deseo de
vivir cerca de las personas en una relación de amistad y fraternidad en África. Por lo tanto, la Hermandad tuvo como
anticipó las grandes aperturas que marcarán el Concilio Vaticano II: amor preferencial por los más pobres,
diálogo ecuménico, apertura a los creyentes de otras religiones, respeto por todos los creyentes o no, deseo
de unidad.
1954- Con los Tapirapés en Brasil
Durante el Concilio, varios obispos fueron a Tre Fontane para ver a la hermana Magdeleine. Tener un
idea de su relación con ellos aquí es lo que escribió en su diario el domingo 21 de octubre de 1962:
Esta mañana, Su Beatitud Mons. Cheikho, Patriarca caldeo, viene a celebrar una gran Misa caldea con
otros dos sacerdotes. Muchas Hermanitas asisten mientras un pequeño grupo asiste a la Misa celebrada.
en la Gruta de Mons. Valencia Cano, Obispo de Buenaventura en Colombia… ..
Por la tarde, se suceden: Mons. Parenty, Obispo auxiliar de Arras, Mons. Vignancour, Obispo de Valence, Mons.
Botero Salazar, Arzobispo de Medellín en Colombia, Mons. Caretto, hermano del Hermano Carlo, Vicario Apostólico de
Rajaburi, Tailandia. Mons. Mendoca Monterio Obispo de Bonfim en Brasil, Mons. Ziadé Arzobispo maronita de
Beirut y Mons. Chami, arzobispo melquita de Hauran.

Pero el evento más importante es la visita del Cardenal Wyszynski Primado de Polonia. El casi viene
de incógnito, con sotana negra, acompañado por el Rector del Colegio Polaco de Roma, Mons. Maczvnski ……
Tras la marcha del cardenal, el obispo Riobé nos sorprende con una breve visita … y la velada termina con la
visita de Mons. Cordeiro, Arzobispo de Karachi, y Mons. Menchara Lira de Chile …… »
Octubre de 1962: los obispos se reúnen en Tre Fontane
Al final de esta primera sesión, el 8 de diciembre de 1962, la Hermanita Magdeleine escribió a las Hermanitas:
Nuestro siglo debe ser el siglo de la unidad. El Consejo es por excelencia el Consejo de unidad.
Fue tan hermoso ver a los obispos de todo el mundo confraternizar con alegría entre ellos …
nunca se conocieron: Occidente sabía poco sobre Oriente … Europa no había colaborado lo suficiente con África,
América, Asia … Y fue un espectáculo inolvidable que estas salidas desde San Pedro donde se desarrollaban todas las carreras
combinado, un espectáculo inolvidable, así como el de los «observadores» confraternizando con los obispos del mundo
entero …
Qué alegría fue para mí ver esto después de haber sufrido tanto por la falta de Unidad encontrada en todas mis
carreteras. ¡Pobre de mí! De estas faltas de Unidad, todavía habrá hasta el fin del mundo … pero es fundamental que
desaparezcan cada vez más de los corazones de los cristianos … Era sobre todo esencial que los cristianos tomen lealmente conciencia … «

El 3 de diciembre de 1962, la hermana Magdeleine estaba en la cama, muy enferma … Sin duda, porque se encontraba
débil, escribe a las hermanitas para advertirles contra una interpretación falsa del espíritu de este Consejo. Ella escribió:
«El Concilio transmitió a la Iglesia y al mundo entero un soplo de renovación, de esa renovación que, desde
Treinta años, quería con todo mi corazón, habiendo sufrido tanto haber encontrado a veces tan poca comprensión
cuando hablé de fraternidad, de igualdad entre todos, de unidad … Me siento, pues, realizado más allá de todo lo que había podido soñar…Pero hoy, tengo miedo de aquellos que buscarán en palabras del Concilio una justificación para su
reclamos y sus errores … me temo que, para estar a la vanguardia, algunos querrán sobrepasar los límites
de la renovación que el Concilio fijó con tanta sabiduría y amor.
Entonces, con la misma fuerza que antes, cuando estaba escribiendo mi primer testamento espiritual, vengo a decirles:
no sigas a quienes quisieran llevarte más allá del camino recto y luminoso de la Iglesia …
Esta llena de alegría. No te pongas con los que van más allá del pensamiento de la Iglesia ni con los que amargamente
arrepentirse del pasado. Ponte con esos quien, valientemente, siguiendo a la Iglesia en el caminar de la mano del Santo Padre,
quiero vivir las secuelas del Concilio dándoles toda su belleza y toda su magnitud «.

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