HERMANO CARLOS DE JESUS
Este es el título del poema que el P. Hugo Vázquez Almazán, miembro de la Familia Carlos de Foucauld y párroco de Na. Sra. de la Unidad de Altoetting, Guayaquil (Ecuador), dirige a Carlos de Foucauld, en un precioso libro de poemas que lleva por título Como si fuera una ternura y que se puede pedir al propio autor.
Hermanito Universal
deja dejarte mis ruegos,
que en tu entraña anida Dios
y tú anidas en su adentro.
Llevas sobre el pecho blanco
el Corazón del Maestro:
rojo, encendido de amor,
oliendo siempre a fraterno…
De tanto calcar su cruz,
te fuiste haciendo Evangelio
y de tanto abrir tu sed
nos dejaste más sedientos…
El fue ungiendo tu sonrisa
y tu mirada y tus gestos.
Y fue cambiando tu historia
hasta volverla de fuego.
En la fuerza de tu entrega
El fue tu Unico Modelo.
Te fue trazando el camino
y tú te hiciste andariego…
Lo transformaste en tu Todo
y quisiste fuera el Dueño
de tus arras y destino;
de tu altura y de tu adentro…
Desde que tocó tu vida
te hiciste Pobre y Pequeño
y te volviste cobijo
de los que alargan su anhelo.
Y renovaste tus lirios
para que fuera el Encuentro
la Flor de un niño adorante
y el sol de un hombre de cielo!
Cobijado con estrellas
entre la arena y el viento
en comunidad rezabas
con el inmenso Desierto.
Y Jesús fue recibiendo
diariamente tus secretos.
¡En la humildad de tus barbas
la plegaria se hizo beso!
Y el dolor se volvió canto
y total se hizo el Regreso…
El te sumergió en su Pascua
cuando tumbaron tu cuerpo
y pararon los latidos
que hicieron grande tu pecho.
¡Sobre tu sangre en la arena
Jesús te anudó a su Reino!