El centro del palacio
de cada alma humana
es de la trinidad
estancia favorita,
Su trono celestial
en la tierra de aqui.
El Hijo de Dios vino a
convertirse en Hijo del Hombre
recuperar del enemigo
este reino celestial
y dio su sangre
por el precio de su entrega.
En el corazón traspasado
de Jesús están unidos
el reino de los cielos
y la tierra de aquí,
la fuente de la vida
para nosotros está ahí.
Este corazón es Corazón divino,
Corazón de la Trinidad,
centro de convergencia
de todos los corazones humanos,
el nos da vida
de la divinidad.
Él nos atrae hacia sí mismo,
por su fuerza secreta
y en el seno del Padre
Él nos cobija en Él,
nos atrapa en el flujo
del Espíritu Santo de Dios.
Edith Stein, Je demeure parmi vous, dans: Source cachée – Oeuvres spirituelles (Cerf/Ad Solem, 2011)
FOUCAULD DIALOGOS 