Cantos tuareg: recopilados y traducidos por Charles de Foucauld

Casajus, Dominique (Introducción). —    Canciones tuareg . Recopilado y traducido por Charles de Foucauld . París, Albin Michel, 1997, 308 p.

 Pablo Pandolfi

En 1936, veinte años después de la muerte del vizconde Charles de Foucauld, Léon Poirier rodó una película ( L’appel du silent) teniendo por tema la vida y la obra del ermitaño de Hoggar. Esta película, que se inscribe en la vena hagiográfica propia de casi todos los ensayos dedicados a Foucauld, logra un verdadero tour de force: en ningún momento se menciona la inmensa obra científica a la que Foucauld dedicó la mayor parte de su tiempo durante su estancia en el Sáhara central. Sesenta años después, a juzgar por algunas publicaciones recientes, la mirada sobre Foucauld está todavía lejos de tener realmente en cuenta este aspecto fundamental de su vida y de su obra. Sin embargo, tanto en términos lingüísticos como sociales, la obra de Foucauld constituye una verdadera suma a la que todavía hoy se remite todo aquel que se interesa por el mundo tuareg. Sin embargo, con una excepción 1, todos los escritos científicos de Foucauld se habían vuelto imposibles de rastrear por falta de reedición. Asimismo, constituye un feliz acontecimiento la iniciativa de Dominique Casajus de presentar a los lectores una importante selección de poemas tuareg recopilados y traducidos por Foucauld.

Como otras obras científicas de Foucauld, las Poésies touarègues aparecieron después de la muerte de su autor. André Basset aseguró su publicación en 1925 para el primer volumen y en 1930 para el segundo. Es útil presentar aquí brevemente la historia de este libro. El padre de Foucauld dedicó los últimos doce años de su vida (1904-1916) al estudio de la lengua y la cultura tuareg 2. Fue durante la primera parte de su estancia en el Sáhara central cuando recopiló estos poemas. En 1907, Foucauld acompañó durante tres meses una gira militar encabezada por el capitán Dinaux. En esta ocasión, en condiciones no muy propicias, recogió un número considerable de poemas tanto de los tuaregs que acompañaban a la columna como de las poblaciones encontradas. En una carta al Padre Guérin (31 de mayo de 1907), Foucauld especifica las condiciones y el interés de esta fabulosa colección: «Retenidos de memoria, estos son los únicos textos fijos que tienen los tuaregs: son documentos preciosos para la gramática y el léxico. Para la gramática, se dibuja allí, en caso de duda, ejemplos; para el léxico, hay muchas palabras que no surgen a menudo en las conversaciones. Al llegar aquí, prometí un pequeño salario por los poemas que me traerían: esta promesa, en una época en que el país era pobre, fue suficiente para llenar mi tienda durante un mes. También me dijeron, de los douars vecinos, que querían que los visitara para que las mujeres a su vez me regalaran poemas. Por lo tanto, he estado varias veces en douars, pasando horas debajo de un árbol o en una tienda de campaña, en medio de todos los niños y mujeres, escribiendo versos y haciendo pequeños regalos…» querían mi visita allí para que las mujeres a su vez me regalaran poemas. Por lo tanto, he estado varias veces en douars, pasando horas debajo de un árbol o en una tienda de campaña, en medio de todos los niños y mujeres, escribiendo versos y haciendo pequeños regalos…» querían mi visita allí para que las mujeres a su vez me regalaran poemas. Por lo tanto, he estado varias veces en douars, pasando horas debajo de un árbol o en una tienda de campaña, en medio de todos los niños y mujeres, escribiendo versos y haciendo pequeños regalos…»

Pero recopilar estos poemas fue solo un primer paso. Posteriormente, durante varios años, en paralelo a su otra obra científica, Foucauld trabajó para traducir los poemas recopilados y rodearlos de un importante aparato crítico. Este agotador trabajo no terminará hasta el 28 de noviembre de 1916, dos días antes de su muerte. El resultado será acorde con el trabajo realizado.

En su edición original, las Poésies touarègues presentan 575 piezas (es decir, 5.670 versos). Para cada uno, Foucauld proporciona una traducción palabra por palabra, una traducción explicativa y una traducción al francés fluido. Además, cada poema va acompañado de una introducción en la que se especifica el contexto en el que fue compuesto. Algunos de estos textos son, además, notables documentos históricos y etnográficos. Finalmente, también se proporciona información sobre la mayoría de los 274 poetas enumerados. Obra notable si la hay y es fácil comprender que estos dos volúmenes (hoy imposibles de rastrear) sigan siendo una referencia imprescindible para todo aquel que se especialice en el estudio del mundo tuareg.

Dadas las limitaciones impuestas actualmente por el mercado editorial, era casi imposible volver a publicar este trabajo de forma idéntica. Bajo el título Cantos touaregs , Dominique Casajus presenta hoy una selección de 210 poemas. A través de muchas de sus obras anteriores, conocemos el apego del autor a la lengua y la poesía tuareg 3. Además, no hay duda de que esta selección con todo lo que implica de elección (¡y de abandono!) fue ciertamente una tarea difícil. Dans son introduction, D. Casajus s’explique d’ailleurs sur son choix : « Dans l’ensemble, la préférence a été donnée aux poètes que l’auteur lui-même, sans doute sur la foi de ses collaborateurs touaregs, considérait comme los mejores ; Sin embargo, se reprodujeron algunas obras de teatro de menor valor literario cuando sacaron a relucir aspectos interesantes de la vida tuareg. En la presente edición sólo existe la única traducción al francés actual; el texto de Tamahaq y la traducción palabra por palabra no se reproducen. Por otra parte, se han conservado la mayor parte de las notas de Foucauld, así como la mayor parte de los textos introductorios.Poésies touarègues , D. Casajus pudo identificar algunas diferencias entre este último y el texto publicado. Aparte de cuatro casos, además indicados por una nota, optó por la versión propuesta en el manuscrito 4 .

Pero, sobre todo, D. Casajus precedió a su selección con una larga e importante introducción. El lector encontrará allí información esencial sobre la obra científica del padre de Foucauld, sobre la sociedad tuareg de principios de siglo, pero también sobre este arte poético que es un constituyente esencial de la cultura de este pueblo. El autor se refiere principalmente a los textos recogidos por Foucauld pero su larga frecuentación de la poesía tuareg brilla en muchos pasajes. Al enumerar y comentar los temas principales de esta poesía, permite al lector penetrar hasta el corazón mismo de la cultura de este pueblo.

Descubriremos así hasta qué punto la soledad (asouf) es la palabra clave de muchos de estos poemas. Asufdesignando tanto la soledad de los espacios deshabitados como el sentimiento de ausencia que asalta a una persona solitaria. Es muy a menudo en esta soledad donde los poetas se inspiran. Pero, en este viaje solitario, siempre hay un oasis, un lugar donde el poeta puede saciar su sed: es el campamento donde está la amada, aquella cuya ausencia temporal da lugar a los más bellos cantos de amor. . Junto a esta poesía, que Casajus califica de elegíaca, existe también una poesía guerrera porque, en el mundo tuareg, cualquier conflicto armado iba acompañado también de intercambios poéticos. D. Casajus muestra cómo un análisis de estos poemas permite diferenciar la guerra interna, aquella que ve a los tuaregs enfrentados entre sí, y la guerra exterior por la que se entra en conflicto con grupos ajenos al mundo tuareg. Demostración de que estos poemas constituyen un importante material etnográfico y que su análisis, como ya habían demostrado los estudios de L. Galand y P. Galand-Pernet5 , ofrece una mejor visión de lo que constituye el ethos tuareg. En este punto, se nos permitirá una observación adicional. Los poemas recopilados por Charles de Foucauld a principios del siglo XX son obra de autores pertenecientes a una sociedad que aún dominaba su destino, una sociedad que aún no había experimentado la dominación colonial. En este sentido, ya diferencia de los poemas recogidos en épocas más recientes, se trata de un documento único en su género. Sin embargo, al leerlo cae un estereotipo aplicado muy a menudo (y todavía hoy) a los tuaregs: a saber, su falta de fervor religioso, su virtual ausencia de cultura islámica. Al contrario, como ya habían señalado A. Merad y L. Kergoat 6, la impregnación islámica de muchos de estos poemas es evidente.

Finalmente, ¿no es esto lo principal? Esta colección revelará a tantas personas como sea posible la belleza de estos poemas. Refiramos, entre otros ejemplos, al poema n° 146 debido a Kenoûa oult Amâstan oa la admirable pieza n° 83 firmada Moûsa agg Amâstan. No cabe duda de que el lector podrá entonces resolver la cuestión deliberadamente dejada abierta en la introducción: ¿podemos hablar aquí de poesía?

Así, gracias al valor de las piezas aquí reunidas, gracias al texto que las introduce, Chants touaregs es pues a la vez un libro de placer poético y una perfecta iniciación en el mundo tuareg. En su papel de intermediario entre Foucauld y sus lectores de hoy, Dominique Casajus rinde un bello homenaje tanto a la obra prodigiosa del padre de Foucauld como a la belleza de una lengua y una cultura.

Calificaciones

1   Charles de Foucauld & A. de Calassanti-Motylinski, Tuareg texts in prose (Ahaggar dialect), edición crítica de S. Chaker et al., Aix-en-Provence, Edisud, 1984.

2 En cuanto a toda la obra científica de Foucauld, sólo podemos referirnos aquí al estudio fundamental de Antoine Chatelard: «Charles de Foucauld el lingüista o el científico a su pesar», Études et Documents berbères, 13, 1995, pp. 145-177.

3   Ver en particular M. Albaka & D. Casajus, Poésies et chants touaregs de l’Ayr, París, L’Harmattan, 1992.

4 Este manuscrito se conserva en la colección Basset de la biblioteca INaLCO. Pero todavía estamos al menos sorprendidos de saber que solo una parte del mismo está disponible para consulta… ¡ya que aproximadamente la mitad de dicho manuscrito ha desaparecido!

5   Ver en particular L. Galand, “El rezzou en la poesía tradicional de Ahaggar”, Atti della settimana internazionale di studi mediterranei medioevali e moderni , Milano, 1980, pp. 99-111; y P. Galand-Pernet, “Imágenes e imagen de la mujer en los poemas tuareg de Ahaggar”, BLOAB, 9, 1978, pp. 5-52.

6   A. Merad, Charles de Foucauld con respecto al Islam, París, Chalet, 1975; y L. Kergoat, “The Tuareg Poets”, Estudios Islámicos, 1979, XLVII (2), págs. 209-223.

Para citar esta reseña

Paul Pandolfi , Casajus, Dominique (Introducción). —    Canciones tuareg . Recopilado y traducido por Charles de Foucauld . París, Albin Michel, 1997, 308 p., Cuadernos de estudios africanos, 157, 2000
http://sinistri.canalblog.com/archives/2008/01/02/7426452.html

Fuente: Cuaderno de estudios africanos

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